Pozo da el susto a las puertas de un mes muy importante
El extremo sevillano se retiró muy dolorido por una dolencia en la parte posterior de su muslo izquierdo, donde ya se lesionó hace un mes
FRAN RODRÍGUEZ
GRANADA
Jueves, 21 de febrero 2019
Alejandro Pozo fue el protagonista en el entrenamiento de ayer. En la Ciudad Deportiva todo fue buen ambiente, inmersos en una semana de trabajo duro ... a pesar de que esta no se vaya a ver coronada con un partido de Liga. Sin embargo, hubo tiempo para un susto. Un sobresalto que podría tener consecuencias en una plantilla corta y castigada físicamente por una excelente primera vuelta El extremo sevillano llevaba poco menos de media hora sobre el terreno de juego, trabajando en un ejercicio ofensivo, cuando se notó una fuerte molestia muscular en su muslo y se dejó caer sobre el césped pidiendo la llegada del médico rojiblanco. Los gestos de dolor eran evidentes y prefirió salir montado en un carro que apoyar la pierna lastimada.
El último precedente de dolencia muscular está aún fresco, pues apenas hay que irse un mes atrás en el tiempo para ver al joven 'Giraldillo' salir cojeando de Los Cármenes. Fue en el encuentro ante el Extremadura cuando Pozo, que estaba actuando como carrilero diestro, se notó un pinchazo y paró. Se recuperó de la molestia con rapidez y Pozo estuvo en apenas una semana disponible para Diego Martínez. Sin embargo, la explosividad del talentoso sevillano y sus ganas de jugar podrían pasarle de nuevo factura. A la salida de la Ciudad Deportiva, Pozo ya caminaba y decía estar mejor. «Sólo ha sido por precaución», señaló el futbolista.
Que la molestia no pase de eso, de una mera contractura, sería una gran noticia para Diego Martínez, el granadinismo y, obviamente, para el propio jugador. Tras un inicio fabuloso, su peso en el Granada ha ido oscilando entre una titularidad en la que no ha acabado de asentarse y ese papel de revulsivo al que, por juventud y carácter, se adapta excelentemente. Lo complicado de los últimos encuentros han restado efecto a su salida desde el banquillo. No es que Pozo no pase por su mejor momento, sino que no han acompañado las circunstancias del encuentro. Ni a él, ni a sus compañeros.
Maravillando desde bien pronto, los primeros meses del joven extremo como rojiblanco dejaron muy alto un listón de exigencia que se ha visto agravada por la llegada de un jugador tan explosivo y vertical en ataque como él. La llegada de Dani Ojeda ha apretado la contienda por un puesto y Pozo, aunque joven, desea verse en tantas fotos iniciales como sea posible. Las molestias musculares, realidad ante el cuadro extremeño y susto ayer, avisan a Pozo, un jugador que necesita mimo y tacto, proteger su blanca luz para que no se apague.
Necesita el cariño de la grada, que ve en él el talento puro y el ejemplo para los más pequeños. El de Diego Martínez, un padre en lo deportivo que seguro cuida con esmero las dinámicas de juego y las etapas por las que pasa su joven pupilo. El cariño de la suerte, de que las lesiones musculares no zancadilleen el paso firme de una promesa que quiere dejar atrás las intermitencias y convertirse en un pozo de calidad para el Granada.
Llega además un tramo complicado e importante para la carrera del jugador, ese en el que los equipos van cogiendo sitio para empezar a luchar por lo bonito y lo trágico. Muy pendiente estará de su evolución (física, táctica y técnica) el seleccionador del combinado español sub 21, Luis de la Fuente. Marzo será el mes de los últimos amistosos, antes de esa Eurocopa Sub 21 de Italia y San Marino en la que podría estar Pozo.
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