La pesada carga del favoritismo
La plazoleta ·
Como le pasó a Tomé u Oltra, al Granada le va mal cuando se erige en uno de los candidatos a subirMe gustó el discurso de Aitor Karanka cuando llegó al Granada. Rompió tanto con los esporádicos derrapes de un Robert Moreno con tendencia a ponerse ... a la defensiva como con los mensajes épicos de Rubén Torrecilla, con más ilusión que traslación real al terreno de juego, donde su equipo no alcanzó el orden táctico necesario. Karanka parecía un maestro zen en medio de una erupción volcánica y ese parlamento tranquilo tuvo un reflejo en unos rojiblancos mejor organizados. Todo parecía conducir a la salvación cuando ocurrió un 'expediente X' con el Espanyol. Aun así, la propiedad estaba razonablemente contenta con su trabajo y la nueva dirección, semanas después, aceptó al vitoriano como un candidato relevante a preparador. Quizás con tiempo para procesar todo desde la pretemporada, pensarían los flamantes ejecutivos, con su propio conocimiento de los que sobrevivieran en la plantilla como ventaja, Karanka podría armar un conjunto sólido para afrontar el reto de regresar cuanto antes a Primera aunque no hubiera dirigido nunca en la 'división de plata'.
Meses después, la situación es la conocida. Un elenco de futbolistas con luces y sombras pero en el que prima el nivel –al menos, a ojo de la crítica especializada–, entre los que también han abundado las indisponibilidades de diversa índole; y unos resultados notables en casa y precarios a domicilio. Karanka sigue con su mesura en las ruedas de prensa, explicativo ante todas las cuestiones, pero, forzado o no, deja vagar una idea por el aire que señala a su fondo de armario, aunque luego rectifique y proteja. Si el Granada es uno con los teóricos 'mejores' y otro distinto sin ellos, o el plantel es más limitado de lo que se piensa o lo médico justifica todo, y no puede ser siempre así.
No hay equipo en el mundo que pueda actuar con sus integrantes prioritarios durante una temporada completa. A veces, en fechas clave hay ausencias fundamentales. Es en ese contexto donde se percibe la mano del entrenador, cuando es capaz de mantener el pulso incluso con bajas. Adaptarse a los distintos contextos. Ese perfil camaleónico que resaltaba Diego Martínez. El 'chamán' fue listo. Descargó de ansiedad cuando evitaba hablar de la clasificación y disfrazó a un equipo con presupuesto al menos de 'play off' en uno mundano, al que todo le costaba mucho. Llevó la humildad a la hipérbole y logró subir directamente.
A los rojiblancos siempre les fue mal cuando les colgaron la carga del favoritismo. Lo sufrieron Álvarez Tomé en Segunda B y José Luis Oltra en Segunda, ambos exitosos en Los Cármenes pero con derramas fuera. Ser favorito genera soberbia en el entorno, motiva a los rivales y alimenta la presión sobre el propio equipo. Con esta bola inevitable pelea Karanka. Con ella convive. Esto no quita que su aspiración tenga que ser lograr un Granada competitivo, con unos u otros. Esto es lo que marca la diferencia entre quien solo alinea y el que va más allá. Luego, el verde decide.
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