Una piedra sobre la que edificar
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Petrovic ha querido siempre jugar en LaLiga, pero sus sueños no quedan ahí y espera mostrar su inteligencia táctica para hacerse un fijo en su selecciónFran Rodríguez
Granada
Miércoles, 9 de febrero 2022, 00:56
Apellidarse Petrovic –hijo de Pedro– en Serbia es toda una declaración de intenciones. Significa ser esa primera piedra sobre la que edificar el mayor de ... los sueños. Llamarse Njegos dobla la apuesta. Petar Njegos Petrovic (en España, Pedro IIde Montenegro) es una de las figuras más respetadas en la cultura serbia tanto por lo literario, como por lo religioso, lo filosófico y lo político. Él escribió 'La corona de las montañas'. Una epopeya nacional que marca el carácter de muchos serbios como Njegos Petrovic (Krupanj, 1999). Sin duda, el nombre del nuevo jugador del Granada fue el homenaje de su familia a aquel pensador.
El Njegos rojiblanco asume desde joven otra batalla, la futbolística, para ser la cabeza de un fútbol nacional aún pujante, un deporte serbio heredero de leyendas balcánicas pero con todo un camino que construir desde su identidad propia. Empezó a jugar en el modesto equipo de su barrio, el Radjevac de Krupanj. Destacó a nivel nacional en un torneo con diez años y dos de los mejores equipos, el Partizán y el OFK, ambos de Belgrado, se lanzaron a por un chico que no dejaba indiferente a nadie.
«Desde muy pronto exhibió una inteligencia táctica fuera de lo común. No solo gana los balones por su físico, sino por cómo se anticipa», explicaba Zeljko Mijovic, el primer ojeador que llegó a un acuerdo con sus padres para que Njegos jugase en el Rad, el equipo de los 'obreros'. Una decisión que siempre agradeció. Allí tuvo una progresión acorde a su edad, sin las presiones que conllevan las grandes canteras.
Y, sobre todo, coincidió con Srdjan Stojcevski, su gran entrenador dentro y fuera del campo. Una formación pausada, aunque intensa y exigente para forjar un jugador capaz de ser hielo en una posición comprometida y una liga en llamas. De aquella época, Njegos saca en claro una enseñanza que confiesa al diario 'Blic':«al éxito se llega a través del trabajo, trabajo y más trabajo. En el fútbol no alcanza con el talento si no hay disciplina y constancia». Con 17 años, debuta con el primer equipo del Rad. Por fuera, un niño entre hombres; por dentro, un veterano al que se le quedó pronto chica esa liga.
En diversas entrevistas, Njegos Petrovic apuntó a una pronta salida de su país. El destino soñado, España. «Creo que su fútbol es el que más puede potenciar mis características, donde un equipo más me podría aprovechar», apuntaba ya en el Rad.En esa entrevista a 'Blic', deja además una curiosa confesión acerca de sus referentes en el campo. «Creo que me parezco a Casemiro, del Madrid», aseveró. Era 2018. Tenía 19 años y llevaba más de dos en el primer equipo. Recibió ofertas del Olympiacos, el Bournemouth y el Gant. Se lo pensó, pero postergó su primera aventura en el extranjero cuando en 2019 llamó a su puerta el mejor club de su país. El Estrella Roja pagó cerca de medio millón de euros y le abrió las puertas a Europa.
Enrolado ya en las filas de un gigante, empezó a conocer las mieles del fútbol. Su nombre ya formaba parte de cada lista en las inferiores de la selección serbia. En su primer año con el Estrella Roja, ganó la liga y disputó competiciones UEFA, enfrentándose a equipos como el Milan de Ibrahimovic, duelo que le marcó y en el que destacó por no arrugarse en San Siro. Era de otra pasta.
El Betis y el Cagliari tomaron nota. Le interesaba cambiar de aires, pero no había encontrado el sitio perfecto. Hasta que le llamó el Granada. Porque si Petar Njegos Petrovic había escrito 'La Corona de las Montañas', no hay rincón como Los Cármenes, a los pies de Sierra Nevada, para encumbrar su fútbol y regresar cada vez que su selección así se lo pida. Quiere hacerlo como guerrero nazarí para ser un héroe nacional. En Serbia, no esperan menos de un Petrovic llamado Njegos.
Su familia, otra saga futbolística
El fútbol no es algo ajeno a los familiares de Njegos Petrovic, que ya vio en su padre la vida de un futbolista de menor alcance. Novak Petrovic fue un defensa central que jugó en el Rađevca y el Stolica. El primero de sus herederos, el nazarí Njegos, dio un paso adelante al ser mediocentro. Su segundo hijo, Petar, dio dos. Es un delantero de casi dos metros al que le gusta bajar a construir la jugada. Superó problemas en las rodillas. Ahora, cerca de los 19 años, juega en el Brodarac. Su hermano pequeño, Vuk de 17 años, es portero juvenil.
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