Perdón y castigo en Los Cármenes

El equipo granadino fue mejor en una primera mitad en la que se notó el retorno de la dupla Montoro-San Emeterio, que volvieron a demostrar implicación y criterio a la hora de elaborar juego. Fede Vico buscó el primer tanto de la tarde con un disparo cruzado que se marchó desviado por poco (m.12) pero mucho más clara fue la doble ocasión de la que disfrutaron los rojiblancos tras cruzar el ecuador del primer tiempo. Adrián Ramos, con un ajustado cabezazo dentro del área, obligó a Dani Giménez a evitar un gol cantado y mandar el balón a córner. En esa misma acción Martínez cabeceó al larguero en lo que fue el culmen de los mejores minutos del Granada. Adrián Ramos tampoco estuvo acertado en dos remates en las postrimerías de la primera mitad, por lo que al descanso se llegó con cero a cero en el marcador.

El segundo tiempo dio comienzo con un involuntario regalo de Martínez, que se equivocó al sacar un balón desde atrás. Quique le pidió el balón a Fede Cartabia y aprovechó la entrega de su compañero para plantarse solo ante Rui Silva y batirlo por bajo (0-1). A partir de ahí el Granada intentó controlar un encuentro en el que su dominio fue solo aparente, pues atacó más con el corazón que con la cabeza. Fue el Dépor el que le puso calma al partido y el que una tras otra desbarató casi todas las acciones de ataque del equipo rojiblanco. Hubo polémica en los instantes finales por un gol anulado a Puertas por una presunta mano en su remate (m.80) y por una posible mano dentro del área deportivista que el árbitro no pitó. También hubo una ocasión clarísima de Rodri que salvó Dani Giménez (m.85) y una expulsión de Nahuel, que llevaba menos de media hora sobre el campo, por agredir a un rival. Finalmente, el equipo que más perdonó se marchó cabizbajo al vestuario y el Deportivo, en su versión más práctica, consiguió su propósito de rebasar al Granada en la tabla clasificatoria.