Los pepineros asientan al fin su equipo en cinco atrás y verticalidad arriba

Seguramente al Granada y a cualquier otro equipo de Segunda le hubiera convenido más visitar Butarque cuando el calor aún estaba presente en la península. De los últimos ocho encuentros de Liga, los madrileños han puntuado en siete (con cinco victorias). Un premio a la paciencia que se ha tenido con el talentoso y trabajado Imianol Idiákez. Comenzó con un 4-3-3 y un 4-4-2 muy de su estilo –ayudante de Unai Emery muchos años–. Pero ese dibujo no se adaptó bien a la plantilla. Lejos de cabezonerías, fue él quien adaptó su libreta a los recursos futbolísticos de su plantilla.

Su cambio al 5-4-1 ha sentado de maravilla a un Leganés que no solo ha cambiado en lo táctico. También tomó una difícil decisión al desplazar a Dani Jiménez y colocar en la portería al veteranísimo Asier Riesgo, que ha asumido de nuevo la responsabilidad con juventud rediviva. Para protegerse, el meta vasco cuenta con una línea de cinco en la que tiene un peso específico Allan Nyom. El exnazarí ha participado este mismo curso como lateral diestro, lateral zurdo y central tanto en zagas de dos en el eje como en un trío de centrales. Durmisi y Miramón han ganado profundida y contundencia al colocarse como carrileros y no como laterales al uso. En el núcleo del muro pepinero, Sáenz y Nyom son fijos junto a Josema o Sergio González, guadianescos en los últimos 'onces'.

En el centro del campo, Idiákez tiene durante cerca de un mes un problema al no poder contar con el nipón Gaku Shibashaki. Convocado con su selección y en plena disputa del Mundial, el bueno de Gaku ha dejado un hueco en la medular que están ocupando con acierto tanto Undabarrena como Seydou Cissé. No le tiembla el pulso al técnico del Leganés a la hora de invertir su triángulo en el centro, en busca de ser más consistente con dos pivotes defensivos y un solo enlace o mutar a un solo ancla con dos interiores. Este último esquema otorga más minutos a Rubén Pardo y, sobre todo, al exrojiblanco Fede Vico.

En punta, si Idiákez opta por dos jugadores, aparece Muñoz con Arnáiz. El exculé es el máximo goleador por el momento con cuatro dianas. Si se prefiere dar amplitud con extremos, se prescinde de un medio y entra Dani Raba en una banda y Arnáiz vuela por la otra con Muñoz siempre en punta. Hay muchas opciones.