Uno de los peores inicios en Primera en toda la historia del club
El equipo de Robert Moreno ha calcado el principio de Liga de aquel de Paco Jémez, del que tan infausto recuerdo se conserva, pero también hay lugar a la esperanza con otros antecedentes
Fran Rodríguez
Granada
Martes, 14 de septiembre 2021, 16:21
El Granada de Robert Moreno es uno de los que peor ha comenzado la Primera división en toda la historia del club. Esta es la ... realidad sin ambages. En todos los cursos que el club rojiblanco ha militado en la máxima categoría, solamente hay cinco antecedentes con los que puede compararse este inicio de temporada y casi todos acabaron mal para el técnico en cuestión o para el propio futuro deportivo del equipo.
Los empates ante Villarreal y Valencia y las dos dolorosas derrotas que han seguido hacen que el Granada décimo séptimo en la jornada cuatro con solo dos puntos y un diferencial de goles de -5, tras haber acertado solamente dos dianas y conceder siete tantos en contra. Por desgracia, tal y como apuntaba @GCFStats (La Ighalopedia) en Twitter, no hay que irse muy atrás en el tiempo para encontrar un inicio prácticamente calcado.
Fue en septiembre de 2016 cuando Paco Jémez tenía un registro muy similar. Dos empates y dos derrotas, una de ellas abultadísima en Las Palmas, mantenían al Granada en la misma situación que ahora, también con dos puntos en la jornada cuatro, en el puesto diecisite de la tabla y el mismo diferencial de goles, -5 (el de Jémez, eso sí, había anotado cinco goles a favor). Aquello ya saben cómo acabó. El técnico se tiró del barco tan pronto como pudo, en la jornada 6. El navío quedó en manos de Lluís Planagumà como interino y más tarde en las de Lucas Alcaraz y Tony Adams. La primera victoria, de las cuatro que pudieron celebrarse, llegó en la jornada 14 (frente al Sevilla en casa). Nadie pudo revertir el destino de un Granada que descendió como colista en uno de los cursos más ridículos de su historia.
No es el único inicio similar y también el Granada logró salvarse tras un inicio preocupante. Lo hizo en la temporada 2012-13, con Anquela como nuevo entrenador nazarí. Entoncces también se arrancó con dos empates y dos derrotas, siendo el Granada décimo octavo (en descenso) en la cuarta jornada con dos puntos y -4 en la casilla total de los goles. Con algo de paciencia, la victoria llegó en la sexta jornada, ante el Celta en Los Cármenes. Pero el vuelo no se remontó hasta que llegó Lucas Alcaraz en la jornada 22 para sustituir a Anquela. Los rojiblancos se salvaron siendo décimo quintos.
Y en una Primera distinta
Hay más antecedentes de inicios calamitosos, como el de la primera temporada que el Granada militó en Primera, la de 1941 y 1942. Había solo 14 equipos por entonces en lo que luego sería la 'Liga de las Estrellas'. Al equipo lo dirigía Paco Bru, que también sumó solamente dos puntos tras sendos empates en los primeros cuatro partidos en la categoría. A pesar de que se ocupó puestos de descenso en ese inicio, el club mantuvo a Bru, que logró hacer reaccionar al plantel. El Granada se salvó por los pelos, siendo décimo.
Menos amable es el recuerdo de la campaña 1960-61, en la que el club volvía a Segunda. El inicio ya prometía lágrimas y no precisamente de felicidad para la parroquia rojiblanca. Con Fernando de Argila al frente del banquillo, el cuadro nazarí empató dos encuentros y perdió otros dos para arrancar el curso. Con dos puntos y un diferencial de -3 goles, el Granada era penúltimo, aunque no tardó demasiado en conseguir la primera victoria, en la jornada 6 ante el Athletic en el Viejo Los Cármenes. Fue una de las pocas alegrías en una primera vuelta que terminó con Argila. La segunda la encaró ya el equipo con Francisco Trinchant, que no lo hizo mucho mejor. El equipo descendió como colista.
Pero también tiene Robert Moreno un precedente lleno de esperanza. En la temporada 1968-69, hubo un técnico que empezó peor que el catalán, Jémez y todos los anteriormente nombrados. Era, eso sí, una Primera de solo 16 equipos y con las victorias contando dos puntos y no tres. Se trata del francés Marcel Domingo, que arrancó la luiga con un empate y tres derrotas. Su equipo, penúltimo en la jornada cuatro, había anotado solo un gol y había encajado seis, por lo que la diferencia de goles era un calco con la presente.
Sin embargo, en el quinto partido el Granada reaccionó venciendo al Barcelona en casa. El club mantuvo la confianza en la figura de Domingo, que trabajó sin descanso hasta que aquel equipo rojiblanco empezó a encadenar buenos resultados, terminando octavo en la tabla y repitiendo la que era, por entonces, la mejor clasificación nazarí de la historia.
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