Dato contundente
El peor arranque de la historia del Granada CFNo hay precedentes de un comienzo así en los 94 años de historia del club, sin que haya consecuencias sobre sus responsables de momento
A la presidenta del Granada, Sophia Yang, le perseguirá siempre una frase hecha que, en una comparecencia ya lejana (pues se prodiga muy poco), expresó ... con afán positivo y que se tradujo, desde el inglés, como «hacer posible lo imposible», en referencia a conseguir metas inesperadas al frente del equipo. Sin embargo, desde entonces la gran mayoría de experiencias han sumido a los rojiblancos en la fatalidad. Una colección de datos negativos que ahora encuentran una plusmarca terrible: con un punto en las primeras cinco jornadas, el Granada firma el peor arranque de su historia. No hay precedentes de un comienzo así en los 94 años de historia de la entidad, sin que lleguen consecuencias sobre sus responsables, de momento.
La unidad conseguida en La Rosaleda, un 2-2 que tuvo un inicio terrible porque el Málaga se puso con un 2-0 en el marcador a los 20 minutos, es lo único que luce en el casillero de recaudación de unos nazaríes que quedan solos como últimos clasificados, tras el empate del Albacete en el campo del Zaragoza. El ciclo funesto se subraya porque tres de los cinco encuentros disputados fueron en Los Cármenes, bajo el ánimo de su público, que ha visto a los suyos inclinar la rodilla con el Deportivo de La Coruña, el Mirandés y más recientemente con el Leganés de Paco López. Un conjunto que no conocía la victoria (había empatado todos los enfrentamientos previos) y del que su técnico desveló que estaba diezmado por un virus gástrico.
Le alcanzó para aprovechar las facilidades rojiblancas y ganar. Primero, gracias al penalti cometido por Sola, obviable para un árbitro menos riguroso, pero con un contacto existente que evitó la intervención del VAR. Segundo, con una calamitosa acción, con pérdida de Sergio Ruiz, ataque fugaz de los pepineros y cantada de Astralaga al ir a abortar el chut de Roberto López.
Lo peor para el Granada es que todavía quedaron 21 minutos más una prolongación de siete en la que el Granada apenas inquietó al portero Soriano, con varias subidas bastante deslavazadas que colmaron la paciencia del respetable. Si algunos aficionados comenzaron a abandonar el campo con el 0-2, la procesión ya fue numerosa durante ese tramo final hasta dejar una postal de asientos vacíos en el estadio cuando el colegiado concluyó el duelo.
Dio la sensación de que ni con una prórroga se habría acercado al empate el equipo anfitrión, falto de recursos ofensivos en el banquillo, limitado al concurso de un único delantero puro, Jorge Pascual, por la lesión de Mohamed Bouldini. Otros llegadores, como Arnaiz o Faye, apenas dejaron muestras de pegada. De hecho, el mejor tiro de ese último capítulo lo protagonizó el georgiano Luka Gagnidze, potente aunque pasara a unos metros del poste.
El Granada de la temporada 2025-2026 empeora a otros cinco que figuran en sus anales por sus resbalones iniciales y que solo tenían dos puntos a esta altura del curso. El de la 41/42, en Primera división, se salvó al final, quedando décimo en una liga de catorce equipos. El de la 85/86, también, al frente del vestuario Joaquín Peiró, con un séptimo puesto previo a una reestructuración en la categoría que dejó a todos los conjuntos por debajo en una categoría menor. El de la 88/89 salvó los muebles a su vez, aunque tuvieron que pasar cuatro técnicos por el banquillo: Lalo, Garre, Pachín y Crispi. El Granada quedó al filo, 16º, en un campeonato de 20.
Ya en la etapa moderna del club, están los rojiblancos de la temporada 2012/13, la segunda del lustro en la máxima categoría con Quique Pina de presidente y que afrontó Anquela. Finalmente fue cesado de su cargo para que entrara Lucas Alcaraz, que hizo reaccionar al equipo y lo salvó antes de la última jornada, quedando 15º.
El técnico granadino no logró esta misma reacción cuando regresó de revulsivo en la campaña 2016-2017, la primera de la era china. El patrón del barco al comienzo fue Paco Jémez, que duró seis jornadas. Solo logró equilibrar la balanza con el Villarreal en casa y con el Real Betis fuera. Después, Alcaraz y trató de cambiar la deriva hasta que los dirigentes decidieron cambiar de preparador y dar la responsabilidad a Tony Adams, quien perdió sus siete partidos, los últimos del campeonato.
Dentro de la noria en la que se sume el club desde la llegada de la actual propiedad oriental, con sus diferentes representantes, sin duda es el momento más bajo de todos, pero de momento no hay medida alguna respecto a sus ejecutivos. La estructura actual, con Sophia Yang de presidenta, Javier Aranguren de adjunto y Alfredo García Amado como director general, no se ha visto afectada, ni siquiera por el descenso de 2024 y el fracaso de no disputar ni el 'play off' de ascenso en 2025. Tampoco hay cuestionamiento teórico sobre los técnicos deportivos que han diseñado, junto al consejo de administración, la plantilla, Miguel Melgar y Javier Alonso, ni sobre el entrenador, Pacheta, quien tiene contrato hasta junio de 2027.
Amado ya cerró filas en su comparecencia de la semana pasada, pero también asumió que todos están expuestos a los resultados. Peores no pueden ser hasta la fecha. La afición, quemada, volvió a protestar en el estadio. Esta vez, mostrando cartulinas amarillas. Quizá la próxima sea ya la tarjeta roja. Ahora el Granada pasará dos jornadas lejos de su hogar, en Burgos y Huesca, dispuesto a resurgir sin el calor de su gente. Comprobar si ha tocado fondo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión