Un partido cumbre y la primera peor racha de la temporada

Los nazaríes arrancaron esta parte del año frente al conjunto que entonces dirigía el granadino Lucas Alcaraz. Una noche fresca que calentó el Granada con su fútbol intenso y preciso. Apretó en la presión al contrario y robó mucho en su campo. Con la pelota, la circuló con fluidez, abriendo mucho hacia las bandas, con un papel sobresaliente arriba de Fede Vico y Álvaro Vadillo, autores de los goles.

La primera parte fue un monumento al juego. El Zaragoza no veía por dónde entraban los golpes. Para colmo, la expulsión de Benito al filo del descanso mermó a los locales de cara al acto final. Los rojiblancos controlaron la situación después ante un contrincante prácticamente inocuo. El primer puesto en la clasificación encumbraba a un Granada que poco a poco iba demostrando su solvencia en el campeonato.

El asunto empezó a cambiar a raíz de la semana siguiente. El Numancia visitó Los Cármenes, en una cita en la que fue baja Ángel Montoro. Nico Aguirre ocupó su lugar. Aunque el argentino no estuvo mal, la escuadra en general se atascó y no fue capaz de superar la barrera del equipo soriano. El 0-0 se pudo romper en cualquier momento, con el Granada insistiendo en la vanguardia, pero al final la diana no llegó.

El grupo viajaba a Las Palmas en la siguiente fecha, para medirse a los insulares en viernes. El dominio nazarí tardó en hacerse patente. A las puertas del entreacto, Rubén Castro marcó el 1-0, en posición irregular que no vio el árbitro. Los de Diego Martínez reaccionaron tras el reposo con un cabezazo de Ramos a la salida de un córner. De nuevo se puso por delante Las Palmas y también neutralizó el Granada esa ventaja gracias a Rodri. Manolo Jiménez, entrenador rival, fue destituido tras el 2-2.

Algo que también pasó en el Sporting, que estrenó preparador en el siguiente duelo del Granada, en su propio estadio. José Alberto López debutó en tierras nazaríes y eso complicó la preparación del partido para los de rayas horizontales. Muchos cambios en la alineación en las filas asturianas generaron un efecto imprevisible que se percibió en el campo.

Un gol de Cofie en un rechazo al cuarto de hora complicó el asunto. El Granada apretó y en el tramo final consiguió que la resistencia gijonesa cediera. Adrián Ramos anotó el 1-1 y luego le anularon un tanto por fuera de juego estando en posición legal. El jarro de agua fría para la parroquia llegó en la prolongación. Álvaro Traver marcó de falta directa, con una comba que pilló desprevenido a Rui Silva, y firmó la primera derrota en casa del Granada.