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El Granada, seco en Copa también
Los rojiblancos caen eliminados en el torneo del KO tras encajar pronto un gol de córner y estrellarse con Tomeu Nadal una y otra vez en sus intentos de remontar
Rafael Lamelas
Jueves, 22 de diciembre 2022
El Granada también se quedó seco en Copa. Cayó eliminado en el Carlos Tartiere con los mismos síntomas que le aquejan cuando sale de Los ... Cármenes. Siempre sufre algún error fatal, estaba vez en un córner temprano, y luego genera oportunidades por doquier, sobre todo en la etapa de Paco López, pero que no entran por falta de puntería o por la figura agigantada de un portero. Tomeu Nadal amargó el final de año a los rojiblancos, que se quedan fuera del torneo del KO. Les toca concentrarse en la Liga y, sobre todo, aprovechas las vacaciones para depurar mentes. Su improductividad ofensiva merece una profunda reflexión.
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El club anda a la caza de delanteros, en plural, y tiene bastante sentido. Es indudable que en la actual etapa, con unos nombres u otros, ha aumentado la soltura entre líneas y se multiplican las llegadas, pero todos parecen gafados en el porche del enemigo. Ni a Uzuni, al que se le caen los goles del bolsillo ante su público, ni a ningún otro, por más que lo intenten, les abandona ese mal fario, que para algunos críticos será ausencia de calidad determinante allí donde se distingue a los grandes.
📺 RESUMEN #CopaDelRey | 2ª eliminatoria
RFEF (@rfef) December 22, 2022
1-0 | @RealOviedo - @GranadaCF
⚽ 1-0 | Oier Luengo (80')
📍 Carlos Tartiere.
🎥 Todos los resúmenes: https://t.co/pzQ5VvLOGL #LaCopaMola pic.twitter.com/gy0NUCEIox
Oviedo
Tomeu Nadal; Lucas, Luengo, Calvo, Bretones; Mangel (Luismi, m. 82), Jimmy, Viti (Hugo Rama, m. 82), Borja Sánchez (Marcelo, m. 60); Koba (Cardero, m. 60) y Obeng (Borja Bastón, m. 91).
1
-
0
Granada
Adri López; Quini, Miguel Rubio, Víctor Díaz, Jonathan Silva (Ricard Sánchez, m. 82); Bodiger (José Callejón, m. 46), Petrovic (Sergio Ruiz, m. 73), Bryan Zaragoza (Uzuni, m. 73), Perea (Rubén Rochina, m. 46); Soro y Jorge Molina.
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GOL: 1-0, m. 8: Luengo.
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ÁRBITRO: Hernández Maeso (comité extremeño). Roja directa a Miguel Rubio (m. 86). Amonestó a los locales Koba (m. 60), Bretones (m. 68); y a los visitantes Jonathan Silva (m. 75), Víctor Díaz (m. 86) y Rochina (m. 94) y Uzuni (m. 94).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la segunda eliminatoria de la Copa del Rey, disputado en el estadio Carlos Tartiere ante unos 10.000 espectadores.
El club anda a la caza de delanteros, en plural, y tiene bastante sentido. Es indudable que en la actual etapa, con unos nombres u otros, ha aumentado la soltura entre líneas y se multiplican las llegadas, pero todos parecen gafados en el porche del enemigo. Ni Uzuni, al que se le caen los goles del bolsillo ante su público, ni a ningún otro, por más que lo intenten, les abandona ese mal fario, que para algunos críticos será ausencia de calidad determinante allí donde se distingue a los grandes.
El Oviedo no se anduvo con zarandajas. Salió con bravura para dificultar al Granada. Obeng emergía con su potencia, tanto en un saque de esquina como en una carrera con Miguel Rubio que dejó maltrecho al central. Por el otro lado, chispeaba Bryan Zaragoza, en ese proceso evolutivo que le emparenta con el primer Vinicius, agitación sin toma de decisiones correcta en los últimos metros.
Antes de que el malagueño empezara a irrumpir con sus cambios de ritmo, los azules ya se habían puesto por delante. Al segundo córner, bingo. Koba la puso y sus compañeros se movieron a la perfección para hacer el bloqueo y liberar a Luengo, que se quitó a Bodiger de encima como si fuera un insecto. Estaba el francés recién salido del garaje y se le vio sin reprís, pretencioso con el balón en situaciones que requerían algo más de mesura, con una lentitud exasperante.
Con ventaja, Cervera pidió a los suyos que bajaran una marcha. Ya no acosaban y dejaban salir al Granada, aunque diseminaban cepos por el centro del campo y contragolpeaban si los rojiblancos se desordenaban al intentar avanzar. Tras una fugaz llegada con autopase de Jonathan Silva, los visitantes se apoderaron de la pelota y no la enlazaron mal, pero el fútbol de los nazaríes cuando salen de gira peca de inocuidad. Bryan estuvo a punto de destrozarse el tobillo en un mal apoyo tras una carrera cegada, cuando tenía a Molina abriéndose a su vera. No se quedó bien el chaval, que siguió espirituoso, pero con centros pasados y un disparo mordido que no dificultó a Tomeu Nadal.
Intervenía Quini, la pedía Soro y quería construir Perea, pero también a cámara lenta, como si no encontrara alicientes. Viti, por contra, le robó un esférico al manchego y se plantó ante el joven Adri López. Tapó su arco aunque el lanzamiento cruzado se alejara.
El plan de Cervera se extendía, con el Granada cayendo en la trampa. El técnico repudia el juego de posición y prefiere rock duro y orden marcial. Llegó al descanso con todo bajo control, pero Paco López no se resignaba y atajó por lo sano. Rochina y Callejón adentro por Bodiger y Perea. Dos bocanadas de imaginación con aparición temprana del motrileño en un centro repelido. Luego la tuvo Soro tras aportación de Bryan Zaragoza, pero el maño se topó con Tomeu Nadal, al que le salió un tentáculo.
El Oviedo salió de esa angustia con una llamarada de Lucas que cogió altura, pero eran minutos para los rojiblancos. A los desembarcos se unía Jonathan Silva, con toques de calidad. Soro asaltó el rectángulo de Tomeu y el portero se lució de nuevo ante un tiro de primeras de Callejón, con nervios de acero el de los guantes.
El inventario de ocasiones le salía favorable al Granada, pero este no es un deporte de méritos, sino de aciertos. Quedaba claro que el equipo tenía otro aire, más ofensivo, pero seguía obtuso. En una falta lateral, Víctor Díaz peinó y llegó Molina a embocar con ventaja, pero de nuevo se agrandaron las manos de Tomeu.
El Granada asfixiaba al Oviedo, pero no encontraba la forma de inclinar su resistencia. Paco López oxigenó con Sergio Ruiz y tiró del pichichi, Uzuni, con el cargador vacío fuera de casa. A Jonathan Silva se le fundieron las pilas y salió Ricard para que Quini pasara la izquierda. Los riesgos aumentaron, la zaga se plantó en la medular y la costuras se abrieron cuando Miguel Rubio cazó a Obeng en una carrera en la que se iba solo. Roja directa por la orientación que cogía el delantero, aunque estuviera aún a 40 metros de Adri López.
Con diez jugadores, otro 'hábito' del Granada como forastero, Rochina se llevó un estacazo en su siempre sensible tobillo izquierdo, aunque sin gravedad. Los rojiblancos insistieron y Víctor Díaz pudo provocar la prórroga, pero enganchó con el cuerpo hacia atrás una dejada de Callejón. Reclamó córner, pero no lo pareció. La frustración les colmó. El Granada está negado en otros estadios. Si no varía este destino, lo tiene crudo.
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