En busca del fin de la huida hacia adelante
La plazoleta ·
El Granada, en la encrucijada de su objetivo, trata de acabar con la etapa de provisionalidad en la que viveLo peor del Granada no ha sido el fracaso que supuso el descenso de su primer equipo masculino ni la regresión paulatina de su filial ... ni algunas calamidades aisladas como la eliminación administrativa en Copa ni la pérdida de formas en algunos compases con personas que merecieron otro trato. Lo peor ha sido la sensación de provisionalidad en la que vive instalado prácticamente desde que se marchó Diego Martínez y acabó su época floreciente. No ha habido un proyecto a largo plazo porque el que la dirección quiso arrancar, ya con Sophia Yang y Javier Aranguren, se estrelló pronto cuando se cortó la trayectoria de Robert Moreno, que había contraído deméritos para ello.
El Granada, tras nuevos avatares, cayó a Segunda y encontró una temporada agitada pero triunfal, ya con Alfredo García Amado como director general. Pero lo que vino acto seguido delató que la propiedad o sus garantes no cerraban las puertas a una venta de la sociedad. Aunque aquella intentona americana no cuajó, el rumbo de los rojiblancos en su retorno a Primera se vio afectado. Tras un verano sin los refuerzos precisos, cayó el director deportivo y más tarde el entrenador que había propiciado el ascenso. Hubo un tercer técnico y una pérdida de categoría más abrupta que la anterior.
Esta temporada, con supuesto propósito de enmienda, el club buscaba normalizar las cosas a pesar de la evidente erosión que sufría el consejo de administración. Sin embargo, el volantazo en el banquillo ante el arranque errático con Abascal constató que el Granada, una vez más, seguía huyendo hacia adelante, sin una idea clara para el mañana, lo que afectaba a todo lo demás. La cantera, gran vivero en los últimos tiempos, lucrativa gracias a las operaciones de Samu y Bryan, comenzaba a secarse y el Recreativo tocó fondo con el desplome a 3ª RFEF.
La esperanza general era que, pese a la convulsión, el Granada tuviera opciones de subir, pero estas parecían ya quemadas con Escribá. En la encrucijada, la cúpula de mando emprendió un movimiento audaz con Pacheta.
A esta hora no se puede saber si la escuadra disputará el 'play off', mucho menos si logrará el objetivo, pero la llegada del burgalés, por lo que queda de curso y dos más, cuatro años después de cuando Fran Sánchez lo tuvo hecho para reemplazar a Diego Martínez, supone un punto de inflexión. Aunque sea raro que no haya un director deportivo al uso y que nadie pueda garantizar algo, sí parece que con Pacheta se inicia algo más coherente. Es lo menos que se pide a quienes gobiernan. Que hagan cosas lógicas, no arruinen la entidad y empaticen con la afición. Así valdrá más y ganarán todos.
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