Espejitos de colores en el Granada

No es que me haya propuesto dar clases de Historia ante la falta de resultados positivos del Granada. Es que el otro día, escuchando la primera rueda de prensa en la vuelta de José Ramón Sandoval, se me representó 'Cacique' Medina por muy diferentes que nos los quieran hacer parecer. Y es que cuando el entrenador uruguayo apenas llevaba un mes en el banquillo del Granada, tras perder 0-3 contra un Sevilla que llevaba meses sin ganar a nadie y que venía a Los Cármenes con numerosas bajas, nos sorprendió a todos –o al menos a mí– con este pintoresco dicho popular americano, incidiendo en que no pretendía engañar nadie tras el abultado marcador pero que a su entender el equipo no había jugado tan mal –para mí estuvo pésimo–.

Es curioso cómo uno tras otro, pasando por los tres entrenadores, numerosos jugadores y gran parte de la directiva, los profesionales del club aseveran lo mismo: no hay engaño ni fraude posible. Pero si es así, por favor, que alguien me explique cómo el Granada tiene ya en marzo pie y medio en Segunda.

No sé qué pensaría Medina pero, así como la conquista de América habría sido facilitada por bagatelas que 'encantaban' a los nativos a través de sus destellos y difusos reflejos, la llegada de Sandoval y su supuesto gen motivacional y regenerador capaz de enderezar el rumbo del equipo no me parece otra cosa –ojalá me equivoque– sino más 'espejitos de colores' con los que esta directiva continúa pretendiendo obnubilar a la hastiada hinchada granadinista.