Opinión Granada CF
La directiva y la aficiónDe rebote ·
No hace falta esperar a ir por debajo del marcador para manifestar nuestra inquietud, ni dejar de hacerlo una vez que el partido termina a nuestro favorJosé Quesada
Granada
Martes, 11 de noviembre 2025, 20:03
Que la afición del Granada no comulga con la situación actual del club es una evidencia tan clara como que la camiseta local es rojiblanca. ... Parece incuestionable que la gran mayoría de los granadinistas son contrarios a muchas de las decisiones que se toman en el seno nazarí. No quiero entrar en este espacio en cuestiones de razonamiento, pero sí quiero detenerme en lo que esta realidad social parece interferir o salpicar a la deportiva y cómo este aspecto hace variar lo que se da por incuestionable.
Es decir, cuando los cánticos de la grada durante los partidos derivan en reproches variados, la unidad incontestable parece cambiar. Volvió a suceder durante el encuentro frente al Zaragoza. Cuando el resultado que iluminaba el marcador era contrario a los intereses granadinistas, parte del respetable aprovechó la ocasión para manifestar su desacuerdo con la actual directiva del club al tiempo que otra parte de la afición comenzó a silbar mostrando su desacuerdo con los cánticos.
Quiero pensar que dichos silbidos manifestaban el reproche del momento, o sea, que con un partido en juego según qué cánticos pueden poner más piedras en el camino. Si es así, creo que tienen parte de razón. Pero, ojo, quiero pensarlo así por las dos partes. Porque también hay que tener claro que la situación institucional del Granada está por encima del minuto y resultado. No hace falta esperar a ir por debajo del marcador para manifestar nuestra inquietud, ni dejar de hacerlo una vez que el partido termina a nuestro favor.
Como colectivo debemos ser conscientes de que la situación del Granada es complicada y que así lo debemos de denunciar, pero tampoco debemos olvidar que lo deportivo es el único factor que puede dinamitar todo lo demás y que la unión de la afición nunca puede resquebrajarse.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión