¿Y si lo de Sandoval sale bien?

Allá por la primavera de 2015, un Granada a la deriva fue reconducido por este señor hacia la salvación, de la que le separaban a su llegada cuatro puntos a falta de otras tantas jornadas, consiguiendo un balance de diez de doce posibles. Su ya lapidaria frase en aquella rueda de prensa de presentación, «puerta grande o enfermería», se recordaba esta semana en las tertulias futbolísticas de la capital nazarí.

Bien es cierto que la distancia ahora es mayor, ni más ni menos que trece puntos, pero también lo es que restan cinco encuentros más que en aquella épica temporada. Puestos a pedir, si el equipo es capaz de sacar diez puntos cada cuatro partidos como en aquella colosal recta final, existirían serias posibilidades de mantener la categoría pues estaríamos hablando de más de veinte para acabar cerca de los 35, cifra más que noble para lograr el objetivo esta campaña. No obstante, rivales directos como Celta o Mallorca, más alejado de la quema, parecen haber encontrado también la buena racha en este último cuarto de Liga, lo que complica aún más lo que sería una hazaña sin precedentes.

Lo que está claro es que el tiempo invertido desde la salida de Paco López –que también cumplía con los requisitos de conocer la casa, la competición doméstica y haber lidiado con situaciones incómodas en la zona baja de la misma– en el experimento con Alexander Medina resultó un evidente fiasco. Una vez más, queda demostrado que conocer el contexto se antoja fundamental para acortar plazos, y más en tiempos de urgencia. Otro error más. Reflexionemos pues.