Piedra angular, ya

Se partía con una nada despreciable ventaja de casi un mes para coger posiciones de cara al mercado veraniego una vez consumado el descenso pero, al menos de puertas para fuera, no existen movimientos tangibles. Rubi vuelve a Almería, Paco López probará suerte en Cádiz. Ambos técnicos de reconocido prestigio y con ascensos en su palmarés. Ambos técnicos conocedores de la categoría en la que van a competir y experimentados en mil batallas en ese contexto. Aquí nos hemos quedado en el borrón, mientras que la cuenta nueva se hace esperar, al menos, en términos oficiales. La piedra angular del proyecto debería ser un perfil a los mencionados anteriormente para evitar inventos que devuelvan en el futuro las malas experiencias del pasado. Véase el contemporáneo caso de 'Cacique', o el esperpento apocalipsis vivido con Tony Adams. Bien es cierto que Jémez, Karanka o Caparrós contaban con dilatadas y meritorias carreras y tampoco dieron con el 'click'. Ser entrenador del Granada no es tarea fácil, y menos dado el contexto, con una propiedad que no termina de mostrar su intenciones. Diego no lo tuvo claro en su día, y abandonó. Quizá sea ese el principal motivo de las sucesivas calabazas que dicen haber dado los principales candidatos.

Sea como sea, el nuevo entrenador, la piedra angular, debería estar, quizá lo esté y ni lo sepamos, dirigiendo, desde un despacho y rodeado de profesionales con un remo, el nuevo proyecto. Íbamos con tiempo, hemos perdido alguna posición, pero seguimos disponiendo del necesario para hacer las cosas bien. Hagámoslo bien, por todo lo que conlleva, por todos los que lo viven. Es el momento de poner la piedra angular. Reflexionemos pues.