Opinión Granada CF

Fuga de talentos

En primer lugar, cabe recordar la irremediable llegada de algún club de superior estatus que, a base de puro músculo económico, ejecutó el pago de la correspondiente cláusula de rescisión; fueron los casos de los ya internacionales consagrados Samu o Bryan Zaragoza. Ambos, sobre todo el primero, tuvieron un paso efímero por el primer equipo, dejándonos a todos la eterna duda acerca de qué podría haber sucedido si ambos hubieran llegado a conectar de forma reiterada en una alineación de nuestro querido equipo rojiblanco horizontal.

En segundo lugar, hay otro grupo de jugadores que, tras alcanzar un nivel alto en categorías inferiores, jamás gozaron de continuidad el primer equipo y que ahora poseen un estatus contrastado en la misma categoría que el Granada. Ejemplos de esta casuística pueden ser Isma Ruiz, natural de Gójar que hace unos meses rubricó su flamante renovación en el Córdoba, que le confirma como buque insignia de ese proyecto; o Adri Butzke, de Monachil, con quien el Granada hizo caja hace dos veranos y que, tras conocer la élite portuguesa, acabó la ultima temporada cedido en el Mirandés y quedándose a escasos minutos de lo que hubiera sido un ascenso histórico a Primera división. El malagueño Cristian Gutiérrez, indiscutible en el Eibar y con serios cantos de sirena de Primera, también podría representar otro episodio a tener cuenta.

Por ultimo, hay un tercer grupo de jugadores que, tras alcanzar y demostrar su nivel con el primer equipo, por unas causas u otras salieron del club y ahora triunfan fuera del mismo. Ejemplos de este grupo podrían ser el internacional sub-21 Raúl Torrente o el ya curtido en mil batallas Antonio Puertas, que volvió a triunfar en Los Cármenes esta temporada, pero, desgraciadamente, con otra camiseta. Y es que la fuga de talentos no siempre es inevitable. Reflexionemos pues.