Ejemplo a seguir

En primer lugar, en cuanto al entrenador, Luis de la Fuente demostró que un 'principiante' deja de serlo cuando recibe una oportunidad, siempre que exista un nivel de cualificación óptimo. Quizás él nunca destacó en la élite como jugador, ni llegó a ella como entrenador, a pesar de sus 63 años. Pero, a día de hoy, nadie se acuerda de esos datos de hemeroteca. Por méritos propios, es el entrenador de todos los españoles. En lo que acontece al Granada, existe cierta incertidumbre con el nuevo e inexperto técnico, Guille Abascal. Quizá una sensación similar a la que tuvimos con Luis de la Fuente cuando asumió las riendas de la Selección. La experiencia reciente nos recomienda dar una oportunidad a este perfil de técnico. ¿Por qué no?

En segundo lugar, en cuanto a jugadores y a la confección de la plantilla como tal, basta con recordar el día que conocimos la lista definitiva para la Eurocopa. ¿Quién creía en esos 26 futbolistas aparte del propio seleccionador? Aquí puede darse un caso parecido, con una plantilla que mezcle jóvenes promesas con jugadores experimentados, y otros que quizás sean cuasi desconocidos. Dejemos a los profesionales que ejecuten la labor para la que están, o deben estar, sobradamente cualificados. En tercer y último lugar, en relación con la entidad como tal, también existe cierto parentesco. La propiedad del club nazarí puede cambiar de máximo responsable en cualquier momento. Esta situación es algo con lo que, desgraciadamente, ha convivido la Federación, y por ende la Selección, desde hace aproximadamente un año.

En definitiva, esta analogía entre el Granada y la Selección puede permitir al abonado ver una oportunidad donde muchos verían un problema. El equipo nacional es un buen ejemplo a seguir. Reflexionemos pues.