El caiga quien caiga de los entrenadores
Competir, aprender, disfrutar ·
La vorágine en la que se mueve el fútbol actual acelera en este tramo final de temporada a un ritmo vertiginoso y el cortoplacismo impera por encima de cualquier regla, moral o inmoralJaime Morente
Granada
Miércoles, 5 de abril 2023, 12:54
La vorágine en la que se mueve el fútbol actual acelera en este tramo final de temporada a un ritmo vertiginoso, caiga quien caiga. El ... cortoplacismo impera por encima de cualquier regla, moral o inmoral. Dan igual la trayectoria, los éxitos del pasado, el cariño de la afición o el respeto generado en un vestuario, que solo importa el aquí y el ahora.
De esta manera, en Inglaterra se acaba de despedir a un técnico extraído de su club de origen por veinticuatro millones de euros hace escasos meses por no conseguir sacar rendimiento a una plantilla construida en Navidad. En Alemania se pagaron cifras similares por el traspaso de un entrenador joven y contrastado para liderar un proyecto de regeneración del club dominante del país. No obstante, el devenir de los meses y, a pesar de estar cumpliendo objetivos, la presión generada alrededor de su figura acabaron dinamitándola. Afortunadamente, ambos técnicos, Potter y Nagelsmann, respectivamente, incluso el mismo Tuchel, que sufrió un acoso y derribo similar en el primer trimestre de competición, mantienen intacto su caché. De hecho, este último ha sucedido en el banquillo al anterior. Curiosa situación, imposible en nuestro país, ya que un entrenador es el único que no puede cambiar de club en una temporada. Ilógico pero cierto.
Focalizando en España, por un lado, el Valladolid cesa al técnico héroe del retorno a Primera sin haber tocado prácticamente los puestos de descenso tras una derrota más que esperable en el Bernabéu; por otro, nuestro anhelado Diego Martínez, perla más que codiciada en el escaparate de entrenadores del pasado verano, también ha sucumbido al derribo a pesar de ser capaz de dar un sello propio a un club desorientado desde el continente asiático. Casos aislados que dan la razón a los que anteponen la paciencia al cortoplacismo como es el caso de Osasuna, recién finalista de Copa, cuyo técnico se salvó de la quema en su día a pesar de una racha similar a la que ha acabado con otros. En definitiva, resultadismo; caiga quien caiga.
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