Fútbol femenino
Cartas desde China ·
«Porque por mucho que choque, el fútbol femenino siempre ha sido lo mismo que el fútbol masculino, una evidencia histórica que está empezando a ser reconocida, perceptible y notoria ahora»Kevin vidaña
Sábado, 29 de junio 2019, 02:35
El color azul y el color rosa. La muñeca y el balón. Los juegos de cocinitas y la calle. La autoridad y la subordinación, la ... sexualidad mal entendida. El fútbol femenino está siendo uno de los instrumentos perfectos para concienciar sobre la igualdad de género, la demostración luminosa de que no existen diferencias entre nosotros. El mejor ataque con balón contra la injusticia desordenada. Y es que el cerebro, que es el elemento más importante para jugar al fútbol, no es masculino ni femenino.
Ya no se puede hablar de diferencias insalvables de fuerza física entre hombres y mujeres, porque además de ser mentira sería una ventaja para ellas. Estaríamos hablando de un fútbol mejor, más inteligente, como aquel que promulgó Johan Cruyff con jugadores como Xavi Hernández, Andrés Iniesta y ahora Riqui Puig o Carles Aleñá, jugadores que viven de evitar la castaña.
Porque por mucho que choque, el fútbol femenino siempre ha sido lo mismo que el fútbol masculino, una evidencia histórica que está empezando a ser reconocida, perceptible y notoria ahora, cuando Panini pone a la venta un álbum de cromos del último mundial, el juego FIFA de EA Sports incluye equipos mujeriles y el Real Madrid aprueba la creación de su equipo femenino. Cuando en enero de 2019 acudieron 50.000 personas a ver un Athletic-Atlético de Madrid y en marzo del mismo año fueron 330.000 espectadores los que presenciaron por TV un Atleti-Barça. Hechos fehacientes de un progreso social que debió haber ocurrido mucho antes y al que todavía le queda mucho camino por recorrer.
Cada día que pasa es un día menos para ver y disfrutar de un fútbol unificado, donde hombres y mujeres jueguen juntos porque no hay diferencias de ningún tipo. Marta y Morgan son ahora espejos tan importantes como Messi y Cristiano. No pude evitar llorar escuchando el discurso de la brasileña en defensa de unos derechos que jamás debieron haberse perdido: «El fútbol femenino depende de ustedes para sobrevivir». Y lo femenino es el vínculo a la vida. Empecemos a cuidarlo.
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