Compensaciones ligueras

No es que los de Escribá hicieran un partido espectacular, pero el cúmulo de ocasiones creadas en los minutos iniciales del primer periodo y durante la segunda parte debió culminar en una nueva victoria, que se escapó por la falta de tino en el remate final de las jugadas. La estadística de llegadas al área cadista, más de veinte, habla de la suficiencia para crear peligro de los locales, pero que solamente tres fuesen dirigidas entre los tres palos denota la impericia en el ajuste del punto de mira ofensivo, que llevó a la frustración final de un empate sin goles.

A pesar del empate, hubo algunas buenas señales en el funcionamiento del equipo. Insua, hasta su sustitución forzada por un mareo, estaba cumpliendo sobradamente como líder de la defensa; Sergio Ruiz volvió a demostrar capacidad para echarse al equipo a las espaldas; Brau va camino de hacer complicado el futuro regreso de Neva; y Rodelas volvió a demostrar su utilidad dando todo un recital de excelsos centros desde su banda izquierda que no fueron aprovechados por sus compañeros, especialmente por Weissman en una ocasión muy franca en la primera parte. También volvieron a mostrarse algunas deficiencias preocupantes: el Cádiz tuvo sus mejores ocasiones en la primera parte por errores de bulto en la salida del balón; se participó inocentemente en el embarullamiento propiciado por los cadistas en el tramo final de la primera parte, en una desconexión generalizada del Granada, vista en otros partidos, y que ejemplificaron las lagunas en el juego de jugadores como Villar o Reinier –el brasileño, aun así, dio dos asistencias fantásticas a Ricard en la primera parte y a Diao en la segunda, en senda ocasiones clarísimas de gol–; y se careció de eficacia en el remate por parte de la dupla Weissman-Diao, que tuvo en sus botas dos goles cantados que se fueron al limbo.

En todo caso, el Granada perdió una victoria que en otras ocasiones había conseguido 'in extremis' en duelos donde el dominio de los rojiblancos sobre su rival fue más cuestionable, caso de las victorias contra Córdoba, Castellón o la última en casa ante el Eldense. El campeonato liguero compensa a la postre la fortuna tenida en ciertos encuentros con la falta de ella en otros. El próximo envite en Almería pondrá nuevamente a prueba si las sensaciones de un equipo más compacto de los dos últimos partidos siguen consolidándose.