Terminus

Sucede con los actuales directivos rojiblancos, máximos responsables de la ruina deportiva del club, que acuden a la lógica empresarial únicamente cuando el relato les favorece. Es obvio que la salud económica de cualquier sociedad es fundamental para su supervivencia, pero la lógica empresarial también dictamina que todo modelo de negocio requiere de conocimiento, competencia y especialización en los más altos niveles de decisión. Por desgracia para los sufridos aficionados rojiblancos, ni la presidenta Sophia Yang ni los ejecutivos que la acompañan han demostrado atesorar la aptitud necesaria para gestionar (con éxito) un club de fútbol profesional.

Asumida su continuidad con resignación, cabe preguntarse ahora si los integrantes supérstites de la comisión deportiva original tendrán al fin la humildad necesaria para reconocer las limitaciones propias, así como la sabiduría para perimetrar un marco de actuación delegada en el que sean únicamente los profesionales del área deportiva los que tomen decisiones estrictamente futbolísticas. En la religión romana, Terminus era el dios protector de los límites y los hitos fronterizos, señales que servían para delimitar territorios y para marcar alturas. Haría bien Matteo Tognozzi en aplicar las enseñanzas de sus ancestros y establecer límites infranqueables para poder desarrollar con autonomía las tareas propias de su cargo. En España, estos hitos también son conocidos como mojones, por cierto. El castellano nunca defrauda.