Punto de giro
El hilo ·
Puede que dentro de muchos años, si llego a tener nietos, tenga ocasión de hablarles del partido que Escribá ganó en Gijón hacia PrimeraAdrián Argente
Viernes, 22 de noviembre 2024, 00:19
El algoritmo de YouTube me llevó hace unos días hasta una entrevista de Jordi Wild al escritor Arturo Pérez-Reverte. Entre sus habituales reflexiones sobre ... la crudeza de la guerra y la estupidez de la sociedad occidental, el novelista lamentaba la escasa atención prestada a nuestros mayores. Rememoré entonces las mañanas de mi niñez en las que visitaba a mi abuelo, que me contaba historias de guerra y hambre, relatos de los años duros. En los ochenta, cuando aún no éramos conscientes de lo que vendría después, me hablaba también del primer Granada de Candi. Recordaba la fiereza de Aguirre Suárez, narraba la célebre lesión de Amancio y relataba, mucho antes de que Jorge Valdano introdujera el miedo escénico en el fútbol, el temor que causaban a los rivales las visitas al viejo Los Cármenes.
Enlacé estos recuerdos y el lamento de Reverte con el partido que el Granada ganó en Gijón, una de esas victorias que refuerzan la posición de un entrenador. Fran Escribá, que pronto será sexagenario, sorprendió a Rubén Albés, con quien coincidió en el Celta, con un planteamiento táctico asentado sobre una defensa de tres centrales, un esquema inexplorado hasta entonces por el preparador rojiblanco. Todo encajó. En una tesitura especialmente compleja por las ausencias de jugadores importantes y por la fortaleza del rival, cuya guarida no había sido asaltada por el conjunto nazarí en los últimos 65 años, el maestro ganó la partida al joven discípulo. En la rueda de prensa posterior, con su habitual serenidad, el valenciano desgranó las claves de una victoria sólida y trató de disimular su media sonrisa característica, un gesto que delataba su satisfacción por el funcionamiento del plan trazado.
Puede que dentro de muchos años, si llego a tener nietos y no he recibido aún la visita de las parcas para reunirme con mi abuelo, tenga ocasión de leerles las novelas de Alatriste y hablarles de los ascensos de Fabri, del EuroGranada de Diego Martínez o del partido que Escribá ganó en Gijón como punto de giro de otra escalada hacia Primera división. Quizás pueda compartir con ellos todos los recuerdos que estén dispuestos a escuchar.
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