Fortaleza islandesa y juego aéreo para Alcaraz

El islandés es una de las mayores promesas del fútbol de su país, que se comprueba emergente debido a la gran actuación de su selección nacional en la pasada Eurocopa de Francia (de la que Ingason formó parte) y al cada vez mayor número de jugadores islandeses en los mejores campeonatos. Ingason, capitán de la selección sub-21 antes de incorporarse al equipo absoluto, arrastra desde hace años la fama de quien cuenta con opciones para llegar a lo más alto.

Sus características se corresponden con lo que se espera del juego directo que se practica en su país y del que su selección hizo gala el pasado verano. Es un central diestro de gran fortaleza y muy disciplinado, consciente de su lentitud pero atento al corte. Sin tener mal pie, el juego con balón no es su gran virtud. No se complica, tampoco para despejar.

Sí es un seguro a balón parado gracias a su juego aéreo (mide 1.88 metros), una acción que domina a la perfección y que le ayuda a mantener durante su carrera interesantes cifras goleadoras. Con su selección de hecho ya suma tres tantos.

Sus inicios se produjeron en el Breiðabliki islandés -uno de los clubes más importantes del país con equipos de fútbol, atletismo, baloncesto, kárate, baile, esquí y natación para hombres y mujeres- donde grandes actuaciones lo pusieron bajo el foco mediático. En este equipo también jugaron futbolistas como Finnbogason (ex de la Real Sociedad) o Sigurdsson (Swansea). Sus primeras apariciones llegaron en un momento de esplendor gracias a los títulos nacionales y la participación en competiciones europeas. De ahí que saliera cedido en 2011 al Augnablik Kópavogur para ser recuperado al poco tiempo y ser titular indiscutible desde 2012, con 18 años.

En agosto de 2013, Ingason cayó con su equipo ante el Aktobe kazajo en la tercera ronda de clasificación para la Europa League. Meses después, en enero, el Viking noruego decidió proseguir la estela de jugadores islandeses en sus filas contratándolo a cambio de 50.000 euros. No se perdió un solo partido en 2014 y su equipo terminó el curso como décimo clasificado. Le tocaría volver a cambiar de aires apenas doce meses después, en enero de 2015. El Lokeren belga peleó con el Norsjælland danés y convenció al jugador, que presionó para salir. Fue una de las ventas más caras del Viking en su historia, por 700.000 euros. Ingason llegó a la Jupiler Pro League para sustituir al central Alexander Scholz, quien había fichado por el Standard de Lieja.

Scholz era un jugador vital para el Lokeren, y ceder esa responsabilidad a Ingason, de veinte años, despertó dudas. Aterrizó en el conjunto belga tras caer este conjunto eliminado en la fase de grupos de la Europa League.

Indiscutible en Bélgica

En Bélgica, sin embargo, ha sido también indiscutible desde el primer momento, con más de sesenta partidos en dos temporadas y media. La irregularidad del equipo (a día de hoy décimo clasificado), con varios cambios de entrenador, no afectó a su convocatoria para la Eurocopa de 2016. «La mejor noticia de mi vida», aseguró en su día Ingason. El central admitió verse sorprendido por su convocatoria, pese a estar preparado para ello. El seleccionador Lars Lagerback defendió su elección exponiendo su buen hacer en Bélgica y el nivel mostrado en los partidos amistosos con Islandia. «Lo merece», resolvió.

En aquel torneo, sin ser titular, Ingason jugó toda la segunda parte en el último encuentro del campeonato contra Francia, ante quien su equipo cayó eliminado.

El hecho de competir en la Eurocopa despertó en Ingason la ambición de seguir progresando. Así lo declaró al inicio de esta nueva temporada y su fichaje por el Granada satisface ese deseo. La edad de los centrales titulares de Islandia, Arnason (33) y Sigurdsson (30), le confiere un aura de sucesor natural que deberá consagrar con un buen rendimiento en España. Salvar al Granada es una enorme primera gran misión.