El talento de Nolito y Aspas priva a un buen Granada de puntuar en Balaídos
El conjunto rojiblanco completa una gran segunda parte pero una excelente jugada de los dos atacantes celtiñas acaba dejando los tres puntos en Vigo y a los granadinos a a un punto del descenso
Antonio Navarro
Lunes, 25 de abril 2016, 21:10
No pudo prolongar el Granada CF el estado de euforia desatado tras la victoria en casa de la pasada jornada ante el Levante UD y ... cayó derrotado el conjunto de José González en un encuentro ante el Celta de Vigo en el que fue inferior en la primera mitad y bastante mejor que su rival en el segundo tiempo. Quizá un empate hubiese sido un resultado más justo pero el talento de Nolito y Iago Aspas acabó decantando el partido a favor del equipo gallego.
El comienzo del encuentro mostró a un Celta más agresivo que un Granada que, a pesar de vivir en el alambre, especuló en exceso con el cero a cero. Guidetti tuvo la primera ocasión clara del partido al aprovechar un balón muerto en el área tras una jugada que no pudo finalizar Iago Aspas pero el remate final del delantero celeste fue bien desviado por Andrés Fernández con los pies (m.6). El dominio local parecía no traducirse en demasiadas oportunidades de gol pero un error de Biraghi precipitó los acontecimientos. El lateral izquierdo del Granada CF se durmió con el balón en los pies a la hora de realizar un despeje y cuando quiso alejar el balón de su área ya era tarde. Guidetti le había ganado la posición y recibió una patada clarísima del defensor italiano ante la atenta mirada de Gil Manzano. El trencilla extremeño señaló el punto de penalti y Iago Aspas no falló en su particular duelo con Andrés desde los once metros.
El Celta continuó llegando al área rival con excesiva facilidad y Nolito estuvo a punto de ampliar la renta local con un disparo a pase de Aspas que se le marchó alto por poco. El Granada contemporizó, dejó pasar los minutos a la espera de disfrutar de alguna oportunidad para empatar y ésta llegó, pero Lombán no estuvo todo lo preciso que hubiera deseado al cabecear un lanzamiento de falta de Rubén Rochina que acabó escupiendo el larguero.
Los jugadores del Granada comprendieron en el descanso que no tenían nada que perder si atacaban con descaro en la segunda parte y si el trabajo de contención era acertado la consecución del empate estaría mucho más cerca y, por tanto, gran parte del camino hacia la salvación también estaría andado. Fueron mejores los rojiblancos tras la reanudación y el Celta se vio sorprendido por el ritmo y la intensidad que le imprimió su rival al partido, sabedor de que era necesario hacer un all-in sobre el verde si realmente quería hacer saltar la banca.
La entrada de Fran Rico fue positiva para los intereses de un Granada que estuvo muy cerca de igualar el resultado con un disparo cruzado del mediocampista gallego (m.65) y que finalmente logró el 1-1 tras un disparo de Peñaranda que Rubén despejó con los pies y cuyo rechace lo recogió Fran Rico en la frontal del área, rematando con tanto peligro que un sutil toque de El Arabi en el interior del área fue suficiente para sorprender a Rubén (1-1). Antes, Peñaranda también había rozado el empate pero el guardameta impidió que el delantero venezolano se reencontrara con el gol.
El Celta, alentado por su público, despertó de su letargo y el recién ingresado Daniel Wass puso a prueba a Andrés Fernández con un potente disparo al que el meta respondió con una meritoria parada. Sin embargo, cinco minutos después un centro desde la derecha a la frontal del área se convirtió en pase muy preciso de Nolito a Iago Aspas para que éste apareciera de la nada en el corazón del área y resolviese muy bien ante la salida de Andrés. Todo el trabajo del Granada se había disuelto en poco más de seis minutos. Los andaluces volvieron a buscar el empate en el tramo final pero las fuerzas fallaron, el Celta supo jugar muy bien al otro fútbol y las ocasiones escasearon. El partido ante Las Palmas vuelve a emerger en el horizonte como un duelo vital para conseguir el objetivo de la permanencia y es que todo lo que no sea sumar los tres puntos en Los Cármenes ante el cuadro canario conducirá al Granada irremisiblemente hacia el desfiladero que acaba en la Segunda División del fútbol español.
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