El Granada da una oportunidad a Sandoval
El presidente Quique Pina termina por atender sus razones y el técnico dirigirá el partido del sábado ante el Getafe
Sergio Yepes
Martes, 19 de enero 2016, 10:43
El Granada CF decidió ayer dar una nueva oportunidad al entrenador José Ramón Sandoval después que la derrota el lunes en el estadio de Ipurúa ... ante la SD Eibar lo dejara a las mismas puertas de la destitución. Por la mañana, los responsables del club nazarí pronosticaban que era «muy posible» que el de Humanes terminara la jornada siendo destituido. Más que nada, porque «hay que dar un cambio, está claro», apuntaron. Pero conforme pasaron las horas, y como fruto a que jamás hubo una decisión en firme, o a que el presidente Quique Pina atendió sus razones, se determinó que el madrileño continuara estando al frente del colectivo rojiblanco en el envite del sábado ante el Getafe. En un choque que da la sensación que se le presenta como una final, pues es evidente que una victoria le terminaría dando alas, aunque una derrota la duodécima de su ciclo ya le dejaría con poca defensa legítima, salvo circunstancias excepcionales. Tres entrenamientos tiene ahora por delante para tratar de hallar una solución que pueda favorecer los intereses comunes: que el equipo se imponga, le termine ganando el golaverage particular a la escuadra azulina y así comience su escalada en la tabla clasificatoria.
Antes incluso de que liderara el regreso de la expedición rojiblanca a la Ciudad Deportiva, un hecho que tuvo lugar minutos después de las doce de la mañana, Sandoval tenía un horizonte muy negro. Porque es que incluso desde la propia entidad granadinista se reconocía como buena la opción de que acabase siendo sustituido por Francisco. Un técnico del que se dijo que «gusta» pero que en declaraciones a IDEAL aseguró que «no se ha producido ningún tipo de contacto», lo cual parece era verdad. «Ahora estoy inactivo y por supuesto que me gustaría entrenar al Granada CF», dijo entonces el almeriense, a la espera de unos acontecimientos que no se consumaron.
Aunque todo apuntaba a que sí que se desencadenarían. El entrenamiento se desarrolló con absoluta normalidad, pero con el entrenador madrileño ciertamente pasivo, perdido. Dubitativo, como consciente de que se podía aproximar su final, pese al alegato que había realizado horas antes frente a su plantel en el hotel de Bilbao donde todos pasaron la noche. De hecho, el estratega protagonizó en la instalación rojiblanca una estampa que recordó a aquella otra que tuvo lugar en ese 22 de enero de 2012 en el que Fabri González dirigió con cierta resignación un último ensayo en los campos de Antonio Sánchez a la espera de la destitución que le acabó llegando, como colofón a la derrota padecida en el estadio Cornellà-El Prat frente al RCD Espanyol.
Pese a lo que pueda comentar públicamente, José Ramón Sandoval piensa que está habiendo, o ha habido, jugadores que le han querido, o quieren, hacer la cama. Así, como suena. Antes eran unos los sospechosos y ahora otros. Han variado en función de los acontecimientos. Siempre hay un elemento o gesto perturbador o un fantasma al que acusar, según se mire y eso está creando un malestar muy importante que sirve también para retratar lo que está sucediendo. O para hacer balance de lo que es la trayectoria del propio preparador en la formación rojiblanca.
Aciertos y errores
A Sandoval le respalda en primer término el valor que le echó el 30 de abril para aceptar el reto de un Granada CF que tenía pie y medio en Segunda. Y también, que lo acabara salvando de un descenso casi seguro, como colofón a su gesto de valentía. Además, le distinguen algunas otras evidencias como haberse atrevido a la promoción de Adalberto Peñaranda, como haber sabido encontrar en Isaac Success un extremo muy interesante o como haber logrado que el equipo jugara bien al fútbol en algunos partidos, no en todos y sin la regularidad necesaria. Eso sí, el que tuvo lugar en el Santiago Bernabéu frente al Real Madrid es quizás el mejor choque que los nazaríes han disputado desde que volvieran a la Liga BBVA . Todo eso es verdad y es de justicia reconocérselo.
Pero no es menos cierto que está equivocándose en la gestión de un vestuario del que se acaban conociendo detalles íntimos y ajustados a la realidad, y no precisamente por casualidad. Además, le pesa también el haber prometido a ciertos futbolistas que iban a tener continuidad o el hecho de que se trabaje solo de forma ligera aspectos tácticos que luego se ponen en práctica mal.
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