Borrar
Granada cf

El verdadero problema

Caparrós, más vanguardista en marketing que en aspiraciones futbolísticas, seguramente se convenció de que la erosión a su imagen de una deriva semejante le podría dejar en una débil situación de futuro

Rafael Lamelas

Sábado, 17 de enero 2015, 09:40

Que Quique Pina maneja los mismos principios que Groucho Marx es algo notorio, no por gracioso sino por cambiantes. Es el mismo que comparó a ... Fabri con el eterno Alex Ferguson, que auguró que la hinchada alteraría la letra de la repetida canción de censura a Anquela o que pronosticó que con Alcaraz se acuñaría una filosofía por años. Tenía una aparente decisión inflexible, pero tiró de catálogo, como el del bigote de los famosos hermanos. Mientras tanto, un previsor verdugo afilaba la guillotina, conocedor de que la ratificación suele ser la antesala del cese. Esto no quiere decir que, a la hora de emitir este juicio, el presidente estuviera mintiendo. Seguramente esperaba que el respaldo supusiera una alquimia para mejorar la situación del equipo. Pero a veces las palabras no bastan. Como en casos precedentes, el entrenador también ha caído ahora, pese a la glorificación que el murciano hizo de él unos días antes de empatar con la Real Sociedad. Atendiendo al argumento de entonces, el que sustituya a Caparrós podrá hacerlo mejor o peor, pero jamás mejoraría al utrerano. Un visible capotazo, que llegó antes de clavar el estoque.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal El verdadero problema

El verdadero problema