Las nieblas siguen sin despejarse
El Granada supera los dieciseisavos de final del Copa del Rey por primera vez en las últimas catorce temporadas pero no muestra evolución alguna en su juego
Camilo Álvarez
Jueves, 18 de diciembre 2014, 23:30
1. No se veía nada. Ni al compañero de asiento casi. Álvarez izquierdo debía haber pagado la entrada a todos aquellos aficionados del Córdoba -los ... socios no pagaban-, porque no se vio prácticamente nada. Los dos goles se celebraron por inercia, al ver a los futbolistas de turno abrazados dando saltos de alegría. Ni las cámaras de televisión, ni los espectadores ni los propios es entrenadores se enteraron de lo que pasó sobre el césped del Arcángel. Es difícil de entender que se disputara el encuentro en esas circunstancias, pero más complicado aún es comprender por qué se jugó con balón blanco. Estamos hartos de ver choques con balones amarillos con un sol de justicia -esta no es la liga rusa- y para una vez que está justificado su uso, deciden sacar el blanco. Tan blanco como la niebla posada sobre la capital cordobesa.
2. Mejor, porque lo que ocurrió en el campo no es algo que vaya a sumar adeptos a ninguno de los dos equipos. El Granada sigue tan plano como siempre, abusando del pelotazo como única opción ofensiva válida. Lo peor es que no produce rédito alguno, pues los goles, muy escasos, que ha sumado el conjunto rojiblanco a lo largo de la temporada nunca han llegado mediante esa fórmula. Jugar con dos delanteros desasistidos es lo mismo que jugar sin delanteros. El acercamiento más peligroso del Granada fue el gol, pues el bagaje atacante se redujo a disparos lejanos sin peligro alguno.
3. Caparrós quiso mantener su aparente evolución. Tras recuperar efectivos, volvió a prescindir de su 4-4-2 para dar entrada a Javi Márquez en un puesto más acorde a sus características. El catalán formó de inicio como mediapunta, o enganche, o como se le quiera llamar. Por delante del doble pivote. Allí apenas pudo destacar. Su periplo por el centro del campo fue tan escaso como la visibilidad en ese momento. El tempranero gol del Córdoba hizo temblar el planteamiento inicial, así que poco tardaría Caparrós en desmontar el esquema inicial.
4. Jhon Córdoba tardó en entrar en el campo 26 minutos. Con el marcador en contra, que no la eliminatoria, el entrenador utrerano recurrió de nuevo al manido recurso de incorporar delanteros para así encontrar el gol. El sacrificado fue Sissoko, aunque no el único damnificado, pues Javi Márquez se desplazó a la banda para desaparecer definitivamente antes de ser expulsado. Success, el elegido desde el principio, ofreció mucha pelea pero poco más. Córdoba apenas tuvo opciones a lo largo del partido. No se le vio en el Arcángel, y no solo por la niebla. Un solo córner en todo el partido explica la casi nula presencia de los rojiblancos de tres cuartos de campo en adelante.
5. Solo el tanto de Mainz lleva algo de alegría al aficionado rojiblanco. El madrileño es el único punto positivo de este Granada de Copa tan insulso como el de Liga. Él y Yuste, también algo más destacado en medio de la mediocridad. El central ha completado dos buenos partidos en este torneo. En la ida apenas estuvo exigido, pero en la vuelta sí tuvo trabajo, y lo solventó con buena nota. Además, consiguió marcar el gol que da el pase a su equipo. Es una buena noticia y muy oportuna, ya que la lesión de Murillo le deja vía libre para jugar ante el Getafe.
6. Mucho peor pinta el panorama de Nounkeu, que ha tardado casi cinco meses en debutar y posiblemente no vuelva a jugar. Porque el mensaje de su entrenador, al cambiarlo en el descanso, lo deja claro. No había lesión de por medio, lo explicó Caparrós, así que era una cuestión deportiva que lo sentencia. Es difícil precisar los motivos que le llevaron a tal decisión, con el consecuente castigo anímico que imprime a su pupilo, porque no se veía nada desde la tribunas. Bien es cierto que el Granada sufrió en el primer acto, pero no se sabe si hasta el punto de hacer el segundo cambio en solo 45 minutos.
7. Otro señalado es Larsson. El sueco ha tenido problemas personales y físicos que le han apartado de la estela rojiblanca unos meses. Ha vuelto pero apenas ha contado. En Liga no ha participado todavía. Sí en los dos partidos de Copa, en los que ha puesto de manifiesto que tiene mucho que mejorar todavía si quiere ganarse un puesto. Y no solo en el 'once', sino en la plantilla. Porque el mercado de invierno amenaza con hacer una limpieza de la que no se libran muchos de los actuales miembros.
8. La expulsión de Javi Márquez no supuso esta vez, al menos, un cambio de tendencia en el partido. Así como en el Power 8 Stadium de Cornellá el quedarse con diez hizo que el Granada se replegara para firmar su sentencia de muerte, el Córdoba apenas inquietó la portería de Oier en la media hora que los rojiblancos jugaron con uno menos. El cansancio de los locales y la poca pegada de sus menos habituales facilitó el trabajo.
9. Cuesta entender por qué Caparrós tardó casi 20 minutos en meter en el campo a Juan Carlos, que no puede jugar el domingo en Liga por sanción, para tapar el hueco dejado por Javi Márquez. Prefirió descolgar a Córdoba al costado zurdo, donde se le vio sufrir de lo lindo, desubicado por completo. Para una vez que está justificado un cambio defensivo -el Córdoba necesitaba dos goles para pasar la eliminatoria-, se produce esta extraña situación. No fue hasta que no se produjo una internada ganando la espalda del delantero reconvertido cuando Caparrós reaccionó. El hecho de hacer dos cambios tan precipitados jugó en su contra una vez más.
10. El Granada estará en octavos de final de la Copa del Rey diez años después. Desde que eliminó al vecino Guadix en la campaña 2000/01 y cayó en octavos frente al Atlético no era capaz de quitarse los complejos coperos. Entonces era equipo de Segunda B y aquello era un sueño. Ahora, instalado en la élite, por fin logra pasar ronda. El curso anterior hizo el ridículo en Los Cármenes ante un rival de Segunda como el Alcorcón. Pero el panorama pinta mal, pues el próximo rival en octavos es el Sevilla, el mismo que hace poco le endosó una manita. La clasificación es positiva, el juego visto en el Arcángel involucionó tras la mejoría liguera.
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