Los guardianes de la felicidad
Los tres porteros del Granada muestran su gran ilusión por convencer al cuerpo técnico para conquistar la titularidad
Juanjo Martín
Sábado, 26 de julio 2014, 22:37
Las satisfacciones en el mundo del fútbol pasan de manera inevitable por la consecución de victorias y, para alcanzar ese objetivo, nada mejor que mantener ... la portería a cero para que baste cualquier latigazo de calidad en ataque para atar los tres puntos. De hecho, mantener el marco propio imbatido es el único ingrediente que garantiza al menos un punto. De este modo, los porteros pueden ser considerados los guardianes de la felicidad, dado que la aparición de una manopla salvadora puede ser la clave para minar la moral de los atacantes contrarios y dar alas al espíritu de los aficionados que les respaldan en cada encuentro.
Esa misión de erigirse como el último elemento de resistencia ante las acometidas del adversario es la que desean recibir los tres guardametas de la plantilla granadinista cuando se inicie el campeonato liguero. La portería es la única línea completa a estas alturas de pretemporada, por lo que Joaquín Caparrós ya conoce a la totalidad de candidatos que aspiran a ser escogidos en el primer 'once' de la campaña, exactamente dentro de un mes.
Roberto Fernández se perfila como el corredor más aventajado en este sprint por hacerse el dueño de la portería, si bien tanto Oier Olazábal como Stole Dimitrievski confían en impresionar al cuerpo técnico y complicar así esa decisión. Contra ese anhelo compartido surge la mayor veteranía del gallego, tanto en su bagaje individual como en el club, dado que el natural de Chantada cumple su quinta temporada consecutiva en la entidad rojiblanca.
Pese a todo, los jóvenes jugadores no se desmoralizan, sobre todo el recién llegado. Oier ha abandonado este verano la disciplina del Barcelona precisamente para gozar de minutos en la élite tras serle negado el acceso al primer equipo azulgrana, un cambio de aires más que bienvenido a raíz de sus palabras. «Estoy muy contento, me hacía falta venir a un club como el Granada que te trata tan bien. Hay mucha gente alrededor que te cuida y eso es algo que me ha sorprendido para bien, pues sinceramente pensaba que estas primeras semanas iban a ser peores», comenta el jugador guipuzcoano.
Con respecto a sus nuevos compañeros bajo los tres palos, Oier ya había contemplado en acción a Roberto, aunque «cuando le ves en los partidos no sabes cómo es en persona o entrenando. Me ha llamado la atención que sea tan trabajador y que con la edad que tiene quiera seguir aprendiendo y mejorando, algo que es muy importante».
Al que no había conocido hasta la fecha es a su compañero de habitación Dimitrievski, del que dice que «aparte de buena persona, tiene un buen futuro por delante. 'Curra' mucho y tiene posibilidades de aquí a un tiempo», afirma.
Tercero en discordia
Por su parte, el macedonio comenta de los otros dos guardametas del Granada que «Roberto está trabajando muy bien, preparándose a fondo para el inicio de Liga. Mientras tanto, Oier y yo estamos esforzándonos y a ver qué pasa al final». El comunitario parte en desventaja en ese sentido por su condición de tercer guardameta, aunque no por ello pierde la fe con respecto a dar la sorpresa y colarse entre los mayores, como ya hizo la pasada temporada de forma puntual en la convocatoria de algunas jornadas.
Sobre Oier, el portero del Granada B durante el pasado curso -aunque en el actual aún no se ha puesto a las órdenes de Joseba Aguado- destaca que «viene del mejor equipo del mundo. Ambos lo estamos dando todo y hay mucha competencia para hacerse con un hueco».
LAS FRASES
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Roberto Fernández
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Chantada (Lugo), 35 años
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«Estoy encantado con las nuevas técnicas de Llopis, un técnico con carisma y mucha experiencia»
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Oier Olazábal
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Irún (Guipúzcoa), 24 años
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«Me ha sorprendido que Roberto sea tan trabajador y quiera seguir aprendiendo»
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Stole Dimitrievski
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Kumanovo (Macedonia), 20 años
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«Oier viene del mejor equipo del mundo y todos estamos esforzándonos para hacerse con un hueco»
Roberto, el más veterano de los arqueros, coincide en destacar la elevada carga de trabajo de estas primeras semanas de pretemporada. «La sensación desde el primer día es que tanto jugadores como cuerpo técnico hemos venido con muchas ganas de trabajar. Todos queremos aportar para mejorar el proyecto deportivo del club, que sigue cumpliendo los objetivos marcados año tras año. Percibo una gran predisposición a adaptarnos tanto a Joaquín Caparrós como al resto del 'staff'. Ahora mismo estamos en una etapa con un alto componente físico y la recompensa vendrá cuando el equipo esté a tope para cuando empiece la Liga».
Al hablar de los otros cancerberos, el gallego asegura que «Dimitrievski ya lleva unos años trabajando con el primer equipo y conoce los métodos, mientras que Oier se ha adaptado muy bien. Ha estado en el Barcelona esperando su oportunidad y ahora ha dado el salto para tener cabida en un equipo». En su rol como más experimentado de la terna en la portería, Roberto no duda en tender una mano a sus compañeros como suele ser habitual en él. «Estoy dispuesto a a ayudarles para que, entre todos, hagamos una buena campaña a nivel colectivo», declara.
El 'gato rosa' aparece este año en todas las quinielas como el dueño de la portería, algo que no ha estado tan claro en las últimas dos campañas. El alicantino Toño en la temporada 2012/13 y el griego Orestis Karnezis a lo largo del pasado ejercicio futbolístico plantearon cierta disyuntiva bajo los tres palos de la que no siempre salió airoso.
De hecho, hace dos cursos Toño le ganó la partida de forma inicial, aunque luego terminó siendo titular tanto con Anquela como con Alcaraz al frente del banquillo. Más sencillo lo tuvo esta última temporada, dado que el meta heleno solo llegó a quitarle el puesto por indisponibilidad del meta nacional y apenas sucedió en unos pocos encuentros de la segunda vuelta.
Roberto cree que «yo no lo llamaría debate, sino que debe haber competencia en todos los puestos y el Granada lo está haciendo así en la plantilla, tanto en la portería como en todas las líneas. Todos los futbolistas quieren ser titulares pero al final se obtiene el beneficio colectivo porque aquel que juegue debe ser mejor». A nivel personal, el gallego subraya que «la exigencia que me marco personalmente siempre es máxima. El entrenador es el que elige a la postre y voy a luchar para que finalmente me escoja».
Este año es Oier quien quiere encarecer la titularidad en la portería del Granada. «Vine aquí porque en el Barcelona era mucho más difícil, pero va a ser complicado jugar, como en todos los equipos. Aun así, entiendo que si compito bien me llegará en algún momento la ocasión y sé que puedo hacerlo bien. Me veo capacitado para jugar».
Eso sí, el vasco no esconde el desafío de desbancar al más veterano de los porteros de la plantilla. «Lleva aquí muchos años y ascendió con el equipo a Primera. Todo eso va a su favor, pero yo compito día a día y quiero jugar, está claro».
A las órdenes de Llopis
Para convencer a Caparrós, los tres guardametas rojiblancos están trabajando a una gran intensidad bajo la tutela de Luis Llopis, el encargado de esa parcela y una de las novedades del cuerpo técnico de esta temporada. El entrenados, al que le avalan los buenos rendimientos de los porteros que ha dirigido anteriormente, ha causado sensación entre los arqueros pues todos destacan sus métodos novedosos empleados en cada una de las sesiones, tanto en Granada como ahora en la concentración en La Manga Club.
Oier admite que «lo conocía personalmente desde hace muchos años y trabaja muy bien. Me encanta esa intensidad alta durante los entrenamientos». Por su parte, Roberto también se confiesa atraído por la dinámica de trabajo de Llopis, con el que «es un orgullo poder aprender y absorber conocimientos de un entrenador con tanto carisma y experiencia. Ha hecho un grandioso trabajo con los jugadores que ha llevado y para mí es un reto muy importante que me motiva y que estoy cogiendo con muchas ganas».
El gallego añade que Llopis «ha venido con la intención de exprimir al máximo al futbolista y nosotros debemos hacer lo mismo con él. Estoy encantado de adaptarme a los métodos de Joaquín (Caparrós) y estoy convencido de que a nivel general y particular va a ser una gran campaña». El éxito al final de curso es algo que dependerá en buena medida del nivel mostrado por estos guardianes de la felicidad.
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