Grande

A pesar de la ventaja conseguida en el partido de ida, pero muy mermados en lo físico, con peones importantísimos cayendo antes del inicio de las hostilidades, caso de Machís, no podía haber peor comienzo que el vivido en el Diego Armando Maradona, con un gol tempranero en contra tras una pérdida evitable de Eteki y un mal cierre de los dos centrales que propiciaron el certero latigazo del polaco Zielinski.

Lejos de descomponerse ante un rival de mayor empaque en Europa, el Granada demostró una gran personalidad y se echó hacia delante en busca del gol que podía decantar la eliminatoria. Hasta conseguir el empate por medio de Montoro, cuya primera parte estuvo llena de calidad y exquisitez, el Granada volvió a ser mejor que su rival. Solo la sucesión de problemas físicos tras el citado tanto y antes del descanso, con Gonalons y Neva fuera de combate, mermó el rendimiento rojiblanco y permitió al Nápoles levantarse de la lona.

La segunda parte fue de sufrimiento granadinista ante el empuje napolitano, con otro caído más por lesión, el bravo Germán; con jugadores poco frecuentes en la titularidad cumpliendo, como Nehuén; otros al borde del colapso físico, como un Herrera a medio gas; y recién recuperados de lesiones, caso de Vallejo y Soldado, arriesgando. Emergió Rui Silva salvando goles cantados, con intervenciones decisivas, confirmando su gran valía y profesionalidad.

Duro peaje del Granada con muchos lesionados para estar en octavos de la UEFA Europa League, entre los dieciséis mejores equipos del torneo. Como dirían los amigos italianos: ¡Grande!