Un motivador con una marcada querencia hacia el fútbol ofensivo
Rubén Torrecilla 'resucitó' futbolísticamente al delantero Caio Emerson la pasada campaña y en esta le sacó jugo a Torrente y a Butzke hasta que Robert Moreno se acostumbró a llevarlos con el primer equipo
La actual es la segunda vez en algo más de un año que el Granada le pide a Rubén Torrecilla que se ponga el traje ... de bombero para salvar un proyecto en llamas. El técnico extremeño estaba desempeñando una muy buena labor al frente del equipo juvenil, al que incluso llevó a disputar la Copa del Rey por primera vez en su historia, cuando el club rojiblanco le pidió que evitara que el Recreativo Granada cayese a la Tercera RFEF, la nueva quinta división del fútbol español.
El filial rojiblanco era muy ordenado con David Tenorio al mando. Hacía buenos partidos y generaba bastantes ocasiones, pero su mala puntería en el área contraria le impedía sumar de tres en tres y se instaló en la zona baja, por lo que antes de que finalizase la primera fase (hubo dos fases en Segunda B durante la pasada campaña) el Granada optó por darle a Torrecilla los mandos del filial para que evitase un descenso de dos categorías que sería ruinoso para la entidad.
El hasta entonces técnico del juvenil vio adecuado 'desordenar' los partidos. Tácticamente regresó a la defensa de tres centrales que tantas veces había empleado en su etapa como entrenador del juvenil A y el 5-4-1 que se convertía en 3-4-3 hizo al Recreativo un equipo más imprevisible y también más peligroso porque la juventud de su plantilla facilitaba los esfuerzos defensivos y ofensivos que este esquema demandaba. Ahora bien, el éxito parcial conseguido por el filial rojiblanco -no pudo pelear por entrar en la nueva Primera RFEF pero sí que se salvó de descender a la quinta categoría, estableciéndose en la Segunda RFEF en la que está ahora- no se puede explicar sin el cambio de actitud y de rendimiento de Caio Emerson. El delantero brasileño estaba muy lejos de su mejor versión antes de que Torrecilla se hiciese cargo del filial. Sin embargo, cuando el extremeño llegó al equipo le pidió a Emerson que cambiara el chip, le dio la oportunidad de que brillase haciendolo un fijo en el once titular y el atacante brasileño respondió con goles a la confianza depositada en él: paso de cero a cinco en el tramo final de la temporada.
La permanencia del Recreativo en Segunda RFEF no fue sencilla, puesto que el filial rojiblanco se la jugó con dos 'miuras' del fútbol andaluz como el histórico Recreativo de Huelva y el millonario proyecto del Marbella. No obstante, consiguió los puntos necesarios y tras un pacto de no agresión con Las Palmas Atlético (a ambos equipos les valía el empate en la última jornada y, como era de esperar, empataron) a Torrecilla y al filial rojiblanco les tocó comenzar una nueva aventura en la cuarta categoría del fútbol español durante la presente temporada 2021/22.
En este curso Torrecilla ha seguido usando la defensa de tres centrales en la mayoría de los partidos, siendo su combinación favorita la que le daba al equipo mucha seguridad atrás de la mano de Pepe, Barcia y Torrente. No obstante, Torrecilla ha heredado rasgos del inolvidable Diego Martínez e intenta que sus equipos sean camaleónicos, usando de vez en cuando la 'clásica' defensa de cuatro si intuye que el partido o la situación del partido en cuestión lo necesita. El Recreativo arrancó la temporada como una moto con la citada línea de tres centrales a pleno rendimiento y con un delantero -el granadino Adri Butzke- con la flecha hacia arriba, como sucede en los videojuegos cuando un futbolista está muy en forma. Con estas mimbres se estableció en la zona alta, pero el Recreativo sintió su ausencia -Robert Moreno acostumbró a citar con el primer equipo a los citados Torrente y Butzke- y encadenó una mala racha de resultados en la que Torrecilla alternó sus dos sistemas predilectos (el 3-4-3 y el 4-4-2) y en la que le dio la oportunidad de instalarse en el once titular a dos futbolistas que no habían brillado en aquel esplendoroso inicio: el jovencísimo Raúl Castro (lateral derecho) y el extremo Bryan Zaragoza, que incluso llegó a entrar en varias convocatorias con el primer equipo. A Torrecilla -que arregló la crisis del filial con dos triunfos seguidos en casa ante el Melilla y el Mancha Real- le gusta el fútbol ofensivo y le gusta tener a sus hombres activos, que ninguno caiga en manos del conformismo. Es por eso que en el filial a veces ha sorprendido con la entrada de talentos del juvenil con la intención de premiarlos a ellos y de motivar a sus competidores por el puesto. Si en el Granada lograse que futbolistas como Machís, Arezo o Bacca recuperasen la confianza que recuperó Caio la pasada campaña, el equipo rojiblanco tendría mucho ganado. Lo de los esquemas, como ocurría con el 'chamán' en temporadas anteriores, es anecdótico mientras el grupo logre acercarse a su mejor versión.
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