Miguel Rubio, aún pendiente de un diagnóstico definitivo

Rubio, por quien se preocupó el propio Barja junto a otros futbolistas de Osasuna tras el pitido final, mientras esperaba la camilla en pie, fue trasladado esa misma noche a un hospital de Pamplona para que le efectuasen unas primeras pruebas médicas. «Nos dicen que posiblemente sea grave, aunque ojalá que no», compartió Paco López tras el partido. Regresó a Granada junto al resto de la expedición este sábado, bien temprano, y ahora espera al paso de las horas para que se rebaje la inflamación y pueda repetir la exploración en busca de un dictamen más exacto.

Una vez se precise el percance que sufre Miguel Rubio, así como su gravedad, el club emitirá el parte médico pertinente. Más allá del periodo que esté de baja, a Paco López le urge encontrar soluciones para sustituirle en una zaga ya de por sí mermada por las persistentes molestias tanto de Jesús Vallejo en el músculo isquiosural de su pierna izquierda desde la primera jornada contra el Atlético como de Víctor Díaz en la rodilla izquierda, donde el club informó que aqueja una sinovitis dos semanas atrás aunque volvió a una convocatoria contra Osasuna.

Los únicos centrales completamente sanos ahora al menos a priori son Ignasi Miquel, apercibido de sanción contra el Villarreal de cara a la visita al Valencia, y Raúl Torrente, con sus propias complejidades, además de Miki Bosch.