El mérito de estar en la lucha con sus defectos
En esta selva que es la Segunda, el Granada se ha movido más que bien con unos valores concretos de los que no le conviene renegar
Rafael Lamelas
GRANADA
Lunes, 1 de abril 2019, 01:23
1. Cuando el Granada le ganó al Zaragoza, los nazaríes abrieron una brecha de 25 puntos respecto a los maños. En las horas posteriores a ... este partido, Diego Martínez parlamentó con sus ayudantes sobre esa impresionante distancia frente a un club laureado que además disputó el 'play off' la temporada pasada. Su argumento le sirvió para explicar, una vez más, la incertidumbre de la Segunda división. Sostuvo que dos equipos parejos, ambos con un ramillete de buenos futbolistas y urgencias históricas, podían estar muy separados en la clasificación por diversos motivos, pero en realidad seguían manteniendo las similitudes.
2. Bajo su óptica, esto ocasiona que, en el enfrentamiento directo, los puestos en la tabla no se distingan y prevalezca el equilibrio, roto por meros detalles. Como no suelen predominar los talentos que ganan partidos solos como en Primera, a veces son lances anecdóticos o cortocircuitos esporádicos que endurecen el asunto y condicionan la reacción. Un equipo peleando por subir no se diferencia a menudo de otro pugnando por no bajar. El atractivo de esta categoría no está en su vistosidad, sino en la indecisión de sus marcadores. En esta selva, el Granada se ha movido más que bien hasta ahora con un discurso humilde y unos valores muy concretos: aplicación defensiva, prudencia con el balón e imprevisibilidad ofensiva, sobre todo con sus llegadores. Esto no significa que careciera de defectos, algunos de difícil resolución.
3. Uno de ellos es la dependencia de Ángel Montoro, jugador trascendental para la proyección del juego, que no estuvo en Los Pajaritos por lesión. A su lado, Fede San Emeterio se convierte en el escudero ideal y los mediapuntas dejan de ser versos sueltos para escribir una oda al fútbol armónico y sorprendente. El valenciano no ha sido titular en cinco partidos de Liga y en ninguno vencieron los rojiblancos: ante Numancia en la primera vuelta (0-0), Tenerife (1-1, donde fue suplente por cansancio tras pasar un mal trago familiar), Osasuna (1-0), Extremadura (0-0) y de nuevo frente a los sorianos este sábado (2-1). Montoro tiene reemplazos posibles en el grupo, pero no sustitutos naturales. Ramón Azeez desgasta al contrario, interviene en servicios de protocolo y ofrece llegada, pero jamás una clarividencia similar con el balón. Cualquier otro se queda a leguas del repertorio del valenciano, pues sólo el joven José Antonio González se le aproxima y aún se le observa con cierta bisoñez, sin haber tenido una secuencia de maduración como Adri Castellano.
4. Montoro da un salto de nivel a todas las transiciones. Una buena salida de atrás y un mejor abastecimiento arriba mejoran a todos sus compañeros. Los rivales lo saben, le rodean y hasta le castigan, como hicieron los jugadores de Las Palmas. Su ausencia se ha convertido en psicosis y la afición reza para verle de corto contra el Málaga, en vista del misterio que rodea el tratamiento médico de algunos. La influencia de Montoro se reconocía y la dirección era consciente de ello en el mercado de invierno, pero a la cúpula le pareció imposible encontrar un elemento afín. Prefirió el perfil complementario de Azeez a un cásting en busca de un pivote de construcción. Ni el bazar ofrecía grandes alternativas ni son apetencias baratas.
5. El hilo conductor de Montoro siempre se ha suspendido entre la excelencia de sus zagueros. Un mecano defensivo con un capataz indiscutible en Germán, otra baja determinante en Soria. Su influjo es tal que el equipo se hizo soluble a balón parado. Casualidad o no, con el gaditano apenas hay desconcentraciones. Un halo de invulnerabilidad que los nazaríes echaron de menos porque a pesar de la actuación aciaga, todo se determinó con un par de tantos surgidos de la pizarra. Uno, en ejecución directa y remate; el otro, de un rebote desgraciado que acabó en el brazo de Martínez. Retornan las carambolas infernales, como pasó frente a Deportivo y Córdoba.
6. Diego Martínez, siempre con los estribos agarrados en rueda de prensa, señaló que a estas alturas no se pueden hacer regalos al rival, evidenciando algo en lo que siempre insistió. Piensa que en el momento en que alguien de su vestuario se relaje o asuma superioridad de base sobre los adversarios, se estará engañando y metiendo en la boca del lobo. Tres jornadas sin ganar reiteran la lección.
7. Germán y Montoro aportan un sello de garantía a la defensa y el centro del campo. Vadillo estaba siendo el elemento clave del ataque esta campaña por su capacidad de generar acciones ofensivas y de aportar asistencias más que por sus goles, pues se quedó estancado en La Romareda. Pero el de Puerto Real lleva un tiempo en una zona desconocida para él, un limbo.
8. Jamás en su carrera había disputado 30 titularidades seguidas y está sólo a dos partidos de igualar su mejor registro de participación, hace un par de cursos en el Huesca (con 25 presencias en el 'once' de salida). A pesar de que Diego ha seguido un plan con él, rebajando sus presencias en el tapete para eludir desgaste y regatear lesiones, pues su historial es amplio sobre todo en lo que afecta a las rodillas, parece que Vadillo no encara este tramo con frescura. Apadrina llegadas que se suelen desbaratar con una mala finalización. Quizás no es una cuestión de piernas, sino de inspiración. En el Arcángel levantó por su cuenta un duelo en el que el equipo comenzó perdiendo hace mes y medio.
9. La gestión de esos talentos guadianescos por parte del entrenador es otra de las claves del buen hacer rojiblanco. Percibir cuándo depositar su confianza en ellos y en qué momento toca mantenerlos pese a alguna actuación insuficiente. Ahora vuelven a estar los cinco estiletes disponibles para los tres puestos abiertos. Diego manejó bien sus rachas durante estos meses de competición. Hay cierto estancamiento con Vadillo y también con Ojeda. Puertas parece tener la flecha hacia arriba, expresión del propio gallego que recuerda a los videojuegos, y Pozo ha pasado el trago de la probarse tras su lesión. Dos se quedarán en el banquillo, aunque puede abrirse una derivada. La opción de que Puertas ejerza de falso 'nueve'.
10. Las imperfecciones del Granada están detectadas, pero al final los encuentros se decantan por pormenores. De la capacidad de cada uno para minimizar errores y sobreponerse a los percances estará la clave para agarrar el ascenso directo o sumirse en las eliminatorias. Una suerte de torneo en el que ya no será tan importante los méritos acumulados sino el momento en el cual se encaren. Sería malo para este equipo que ha sido un buen estudiante pero que, como suele pasar, no es mucho más talentoso que los demás, sino trabajador, incluso con algún lapsus. Ayuda la autocrítica pero no hurgar en lo evidente.
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