El Matusalén del gol reactiva al Granada

Molina ya salvó puntos con el Getafe y el lunes pasado en Cádiz. Es cinturón negro en el área enemiga. Se transforma en su particular quirófano, donde sus pies se comportan como las manos de un cirujano. Fue una rotunda explosión de felicidad en Los Cármenes gracias al 'abuelo' del vestuario y cerrada por Antonio Puertas, que no pudo estrenar mejor su condición de papá.

Nadie se acordó de Mancha Real. Todo quedó como una mala pesadilla. Es lo que tiene el frenesí de este deporte, que los éxitos sepultan los chascos. La Copa se la beberán otros, pero la comida de la Liga la devoró el Granada, que es al final lo que alimenta un proyecto. Queda una cita extra este 2021 con el Atlético sin demasiada presión, para el inventario. Lo importante se hizo ante otro rival directo. Esa cuenta también será clave en la segunda vuelta.

Machís reapareció en una alineación por lo demás igual que la del Nuevo Mirandilla. Se sostuvo Torrente, al que el Mallorca exigió en la presión para que se precipitara en las salidas, pero que siguió cubriendo lecciones de su particular máster.

Juegan los bermellones asociando muchos futbolistas por dentro, liberando las bandas para los laterales. Es un hábitat que extrae lo mejor del japonés Kubo, que sabe danzar en una loseta. Si tuviera más fineza al concluir, rompería en estrella. Es lo que le resta.

Los baleares se hicieron con cierto control del esférico, pero no con la gestión de los espacios. El Granada interpretó el encuentro desde el aprovechamiento de los ataques fulminantes. Gonalons se lanzó por la derecha generado desconcierto, pero Molina se lamentó por no conectar bien un balón. Fue Suárez el primero en percutir sobre Reina en un envío atropellado de Quini que el colombiano enganchó frente al portero rival. Del córner casi canta bingo Jorge Molina, pero su espuela no se accionó bien en el saque muy pegado a la cal de Milla.

Tanto aviso del venerable de Alcoy hacía intuir que pronto le saldría el hechizo. Llegó, cómo no, en un contragolpe. Kang-in Lee se enredó ante Milla y Suárez pasó por ahí y le desvalijó, apadrinando una subida en moto hasta dar con Molina, que se puso la capucha de verdugo ante Reina. Inclino su cuerpo como si fuera a chutar hacia el palo derecho pero 'cuchareteó' sobre el balón para elevarlo con firmeza hacia el izquierdo.

El Mallorca se veía sacudido por el ímpetu local, pero Kubo seguía a su rollo. Provocó amarillas e hizo un cambio de orientación fabuloso que dio paso al 1-1. Encontró a Jaume Costa y este corrió ante una zaga rojiblanca forzada al repliegue. Dani Rodríguez salió antes que Neva y cabeceó el centro muy solo.

El partido tenía cierto desenfreno. Pudo colocarse de nuevo por delante el Granada en un envío de Puertas ante el que falló Maffeo, perdiendo la referencia de Machís. Chutó el venezolano, la escupió Reina y Suárez, a puerta vacía pero obligado al escorzo, marró la ocasión, falto de serenidad.

Poco después, el larguero impidió una diana de Germán y Torrente no se hizo respetar ante un empujón en el área rival de Dani Rodríguez, que bien pudo acabar en penalti. El jugador del Mallorca tuvo un lanzamiento después ante Maxi que este no llegó ni a rozar, pero que el árbitro convirtió en saque de esquina.

El enfrentamiento se desmadejó al comienzo de la segunda mitad, aunque el peso ofensivo era rojiblanco. Suárez buscó la meta con ansiedad, pero las soluciones en los rojiblancos iban a nacer en quien no se agobia. Milla profundizó hacia Neva y el lateral buscó el rectángulo crítico. La bola repelida le llegó a Machís, que encañonó encontrando un obstáculo. El esférico lo pescó Molina, que se puso hipotenso, como si se le parara el corazón. Donde otros tiemblan, él se convierte en un maestro budista.

Robert Moreno introdujo a Escudero por Neva. El pucelano quiso sumarse a la fiesta con un servicio hacia Suárez que este remató en plancha pero que Reina abortó, como hizo antes frente a un pateo de Machís. Suárez siguió probando fortuna, pero daba la impresión de que tenía que llevar las botas a la horma. El Mallorca remodeló su vanguardia, pero Maximiano no estaba para bromas pesadas.

Perdonó Maffeo al borde del 90 lo que hubiera sido el empate y el estómago se le revolvió a casi todos los que estaban en el estadio hasta que Jorge Molina se volvió a quitar la chistera para completar el 'hat trick', el truco final con un disparo demoledor, perfecto, tras un gran acompañamiento de Puertas.

Robert Moreno le reservó la prolongación para el homenaje colectivo. Fue una de las ovaciones más sentidas que se recuerdan, merecida para un futbolista ejemplar. Debutó Butkze en Liga, pero todavía quedaba más felicidad por repartir. Suárez pasó con la bola casi superando la línea de fondo y Puertas lanzó la flecha del amor para su recién nacida Martina. Una nueva granadinista, tres puntos para el equipo y un balón para Jorge Molina, un 'viejete' con mucha marcha.