Manotas, el deseo frustrado en invierno
La Plazoleta ·
El delantero colombiano y Antoñín fueron los dos refuerzos por los que apuró el Granada en eneroRafael Lamelas
GRANADA
Viernes, 28 de febrero 2020, 01:54
«Estamos trabajando. Intentaremos hacer uno; el segundo es muy complicado». Las palabras de Antonio Fernández Monterrubio en los pasillos del Pizjuán, a seis días ... del cierre del mercado de invierno, alertaron sobre los propósitos del Granada. Dos posibles fichajes, sin que el director general los identificara, flotaban en el ambiente. «Uno es claramente de ataque. El otro ya veremos», añadió enigmático. Un mes después, ya se sabe a quiénes se refería. No pensaba aún en Gil Dias, el extremo que al final recaló antes del cierre del periodo convencional de refuerzos.
Parecía que el nombre señalado era Mariano Díaz, el delantero del Madrid. Llegó a existir un contacto con el jugador por parte del director deportivo Fran Sánchez, la intentona de convencer al club blanco para que asumiera la mayor parte de su salario, en la que medió el consejero Pepe Macanás, pero el futbolista no dio el paso.
Stiven Mendoza fue otro elemento en el disparadero, un colombiano que suele jugar en banda y estaba triunfando en la Liga francesa. Intermediarios agitaron esta posibilidad, pero tampoco era el objetivo central. Los rojiblancos tenían su mira puesta en otro lugar algo más alejado. Sí era un compatriota suyo.
Ese atacante era Mauro Manotas, de 24 años. Enrolado en la MLS, el campeonato estadounidense, en las filas del Houston Dynamo. Marcó 15 goles en 36 partidos la temporada pasada. En esta ya lleva disputados 32 encuentros y ha firmado 13. Veía con buenos ojos dar ese salto a Europa y le agradaba el proyecto de los nazaríes. El obstáculo estuvo en que el club norteamericano no aceptó la oferta. El Granada quería una cesión con opción de compra, no tenía dinero para embarcarse en un traspaso importante. Todo se rompió o, mejor dicho, se aplazó. No se puede descartar que los rojiblancos vuelvan tras sus pasos.
El otro futbolista con el que conjeturó Monterrubio era Antoñín. El grado de dificultad de esta llegada se intepretaba en sus palabras, pues chocaba con un dique imprevisible. Al-Thani se negaba en redondo a dejar ir al talento malagueño. La intervención quirúrgica a Neyder Lozano abrió la puerta de una adquisición y las llamadas se sucedieron. Los ejecutivos de los blanquiazules veían interesante la venta porque subsanaría los problemas económicos a corto plazo del Málaga. El chico quería actuar en Primera. Con el jeque parecía remoto que cristalizara el asunto pese a que el tira y afloja seguía, pero la intervención judicial varió el escenario. En el Granada preocupaba un posible entorpecimiento, pero en realidad todo fue positivo para sus intereses. Lo que no se pudo concretar en las fechas propicias se emplazó hasta esta misma semana. Antoñín llega en un momento clave. Manotas tendrá que esperar. Puede que para siempre. O no.
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