Las lesiones y el método Karanka

Esto tampoco les convierte en culpables a ellos. Por su parte, los servicios médicos velan por la recuperación y anticipan percances, pero esto, al ser deporte de élite, con máxima exigencia, con frecuencia lleva al riesgo, a veces asumido por el propio futbolista, lo que complica todo. Hay otras causas posibles, algunas individuales, como el historial del jugador, si descansa bien o mal e, incluso, y no menos importante, el estrés.

Aitor Karanka, de hecho, considera que la racha actual está condicionada por los que no completaron la pretemporada, periodo en el que lo físico cobra una especial importancia y se trabaja en consecuencia para ello. El técnico saca a Soro de la ecuación, que sí estuvo desde el principio, aunque particulariza en que es un futbolista que tuvo problemas en las últimas campañas. En otros casos, habla de mera precaución.

De la manera que sea, es fundamental que el proceso se revise para ver qué aspectos de mejora puede aplicar el Granada para evitar tantas convalecencias y que, por tanto, no puedan coger ritmo. En cualquier caso, parece poco probable que el equipo se presente con diez bajas en Cartagonova a pesar de lo del martes, pero sí es importante una continuidad para llegar a la mejor versión.

Karanka desveló a los periodistas cómo articula las semanas y la conclusión, evidentemente, es que hay una base teórica, un estudio pormenorizado e instrucciones para saber cómo derrotar a los rivales. Hay vídeos de casi todo. La cuestión es que hay cosas que van más allá de las advertencias o las indicaciones tácticas. Tienen que ver con la mentalidad y la concentración. Esa simbiosis entre las ideas del preparador y la voluntad de los futbolistas. Esto es lo que marca la diferencia entre unos equipos y otros. Va más allá de la ciencia, que sí vale para la salud. Lo otro, surge o no, y no se importa con sencillez. Hay quien lo tuvo en un club y no lo reproduce en los siguientes. Se eleva como lo que hace triunfar a un entrenador. Que todos trabajan mucho no se puede dudar, pero tiene que cundir.