Opinión Granada CF
La pesadilla no cesaLa otra mirada ·
Por muchos problemas y atenuantes que se puedan alegar no hay nada más débil que un proyecto sin resultados o que un entrenador sin triunfosEl Granada sigue sin ser un equipo. La película vivida en Los Cármenes ante el Leganés fue una más en la colección de pesadillas que ... el equipo granadino está perpetrando como local. En su casa, es una víctima fácil para casi cualquiera. La diferencia es que, si el contrincante es un equipo fuerte, como el Deportivo o el Eibar, el choque acaba en goleada sonrojante, y si es uno de menor potencial, como el Mirandés, el desenlace es una derrota, aunque la desazón es idéntica.
Al equipo de Pacheta no se le puede pedir más que luche por la permanencia. El conjunto rojiblanco no tiene nada. Pero nada de nada. Ni fútbol, ni futbolistas ni una pizca, aunque sea casual de talento. Era la noche para conseguir la primera victoria de la temporada y acabó como colista. Se ha instalado en la parte más baja. Esa que provoca sudores fríos y temblores por todo el cuerpo. La zona tenebrosa en la que todo está oscuro y donde escasea el oxígeno. Allí lleva acampado desde que arrancó la temporada. Es pronto, sí, pero el caso es que el plantel no escapa de un pozo en el que el agua casi siempre llega al cuello. El Granada volvió a subirse al escenario sin que nadie sepa a qué personaje interpreta, qué es lo que realmente tiene que ejecutar. De cara al exterior se transmite calma, pero hay inquietud. Mucha gente nueva, más chavales, un equipo que no arranca. Diríase que cada jornada va hacia atrás, tampoco se acaba de encontrar una idea... Y cero de cinco.
El granadinismo tiene una paciencia renovada y un amor infinito e incondicional por sus colores que demuestra un día sí y otro también. Pero todo tiene un límite y el partido ante el Leganés no fue sino una gota más en un vaso que ya está muy colmado. El malestar y el enfado de los aficionados está claro, se dirige, mayormente, a sus dirigentes. El equipo se muestra voluntarioso, pero con poca solidez. Es una escuadra que carece de construcción de juego, y lo que es peor, de gol. De acuerdo que la chequera era escasa y las necesidades, grandes. Pero la plantilla no es ni el esbozo de lo que pretendía el técnico. Así es que, con estos mimbres, ya veremos cómo se hacen los cestos.
El rostro que muestra no puede ser más horrible, pero el tiempo no va a detenerse ni le va a costear una cirugía estética. Corre el torneo y con los resultados que lleva, la continuidad en la categoría empieza a convertirse en una quimera. Por muchos problemas y atenuantes que se puedan alegar no hay nada más débil que un proyecto sin resultados o que un entrenador sin triunfos. Un punto de quince supone ya el peor arranque de la historia del club. Esta noche en El Plantío, el Granada necesita una victoria como el comer para no seguir escribiendo páginas en la crónica negra de su historia.
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