Granada CF: sin patrón ni remeros

Veamos. ¿Sabe tener el balón? No. ¿Defiende bien? No. ¿Sabe contraatacar? No. ¿Se aprovecha de las segundas jugadas? No. ¿Crea espacios para romper por las bandas en ataque? No. ¿Es consistente en las jugadas de estrategia? No. ¿Tiene futbolistas desequilibrantes individualmente? No. Y no, y no, y no... Es aburrido, redundante, es así. Tiene escudo, historia, afición, bla, bla... Con eso y Los Cármenes rugiendo le ha dado para sobrevivir en las últimas campañas. Ir tirando, que se dice. Malvivir, más bien. Lo primero sería encontrar un modelo, para que luego el fútbol surja de forma natural. Se aprecia antes, no obstante, que para que del ritmo del balón brote fútbol, en la asociación necesaria y común de este deporte, habría que dar con los hombres que tienen capacidad para ponerle nobleza al juego, arte se diría, talento.

El Granada necesita un cambio de dueño y reconstruirse. Los mandatarios chinos deben de dar un paso adelante y aceptar la propuesta de compra surgida este verano por empresarios granadinos Y, sobre todo, que los actuales propietarios de la entidad no les tomen el pelo. El club necesita recomponerse de arriba a abajo. Presidente, director deportivo, estructura, plantilla, cantera... Todo. Y necesita hacerlo cuanto antes. Para trabajar con tiempo en un proyecto a largo plazo, poniendo los cimientos sólidos y firmes para que el futuro sea por muchos años en Primera.

La distancia entre ganar y perder es mucha en el fútbol. Para el Granada, ese camino es aún mayor en el encuentro de este domingo ante el Elche. Superar al cuadro ilicitano supone una llamada a la tranquilidad liguera, para seguir trabajando los muchos engranajes que faltan por ajustar. No superar al conjunto alicantino confirmaría la pobreza del equipo de Guillermo Abascal. El partido es una de esas citas que puede marcar una trayectoria. En el fútbol las sensaciones son opinables, pero los resultados, no. El Granada necesita más fútbol y más gol. Y necesita ganar. El Elche llega tras salir goleado en su visita a La Romareda (3-0). Es un bloque algo blando y flojo atrás, el técnico rojiblanco también lo sabe. Por eso quiere que su equipo tenga la iniciativa desde el principio, controle el partido y tenga el balón. Pero sobre todo que gane. Sería toda una llamada a la calma.