Justicia, mas no por mi casa
Bajo control ·
Suele pasar que cuando la mayoría de los árbitros no aplican el reglamento al punto, quien lo hace en un partido resulta señaladoJUAN TORRES COLOMERA
GRANADA
Miércoles, 6 de abril 2022, 00:47
El término familia no suena igual en el Vaticano que en la serie Los Soprano, pero el concepto y los valores intrínsecos de lo que ... representa en cuanto a unidad y generosidad entre sus miembros es idéntico en ambos espacios. También en el Granada como quedó demostrado el pasado domingo frente al Rayo Vallecano.
Lo anunció Rubén Torrecilla en su comparecencia prepartido: «Todos somos una familia». Fue una invocación al club y sobre todo a la afición que, como siempre, acudió en masa para auxiliar a sus jugadores y al escudo que representan.
A la invocación acudió también el árbitro Hernández Hernández o eso parecen pensar los integrantes del Rayo, mientras que los granadinistas estiman que lo que hizo el colegiado canario fue pitar lo que otros no pitan y descontar el tiempo que otros no descuentan cuando deben hacerlo.
Suele pasar que cuando la mayoría de los árbitros no aplican el reglamento al punto, quien lo hace en un partido resulta señalado. Quizás Iraola pretendiera que el tiempo que perdieron sus jugadores cayéndose desplomados colectiva y sucesivamente sobre el césped desde que marcaron el 0-2 –minuto diecisiete de partido–, se quedara en el cronómetro del árbitro y no en el campo que es lo justo.
Todos sin excepción deben esforzarse en pro de la sana competición y del espectáculo. El Granada tiene muchos motivos para quejarse esta temporada por alargues injustificados, como el de Mendizorroza, penaltis más dudosos que el de Mario Suárez, y para qué hablar de algunas expulsiones.
En las tarjetas amarillas a Petrovic y a Comesaña, algunos estiman suficiente la advertencia del colegiado al jugador granadinista porque va al cruce con ímpetu, pero no roza al adversario, mientras que para los rayistas fue una acción igual de punible que la de su jugador, que sí arrastró al rojiblanco.
En fin, demasiado revuelo. Mañana sucederá al revés. Justicia, señor, mas no por mi casa.
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