Jugar para la historia

En mi caso, lo tengo claro. La situación de los rojiblancos en Liga es muy buena. Novenos con 30 puntos. A 9 del descenso y con 8 equipos entre medias. Quedando 14 jornadas aún. Cierto es que ya son muchas jornadas sin vencer en la competición doméstica, lo cual genera nerviosismo. La plaga de lesiones o covid y la barbaridad de minutos disputados hacen mella en el conjunto. Estamos a finales de febrero y el Granada lleva prácticamente una Liga entera jugada en sus piernas (38 partidos). Diego no rota por gusto ni por el Nápoles sino por este motivo. El equipo 'titular' va ya muy justo y corre riesgo con tanta acumulación de encuentros, véase Yangel el pasado domingo. Por todo ello, valoremos lo que tenemos. ¿Quién no hubiese firmado en septiembre llegar a mitad de febrero en la actual situación liguera, con un 2-0 en la ida europea de dieciseisavos y haciendo un papel dignísimo en Copa?

Aun así, sabiendo que la Liga es lo principal, competir en Europa es una gozada. Y da mucho prestigio. El tiempo pondrá en su sitio la hazaña actual de los nazaríes. ¿Quién no recuerda aquella prórroga del Getafe batiéndose en cobre con el Bayern de Munich o al Alavés cayendo épicamente en una final contra el Liverpool? Pasar hoy significaría entrar en el selecto club de los 16 mejores equipos de la competición. Pero sobre todo soñar con algo grande. Como hicimos el año pasado en Copa. Y eso no tiene precio.

Ojalá haya debate cada año. Ojalá sigamos recorriendo caminos inexplorados. Ojalá sigamos viendo a este Granada jugar para la historia. Como hoy. Disfrútenlo.