Granada CF: a veces cuesta tanto

Por fin se queda atrás la peor temporada del Granada en su era moderna. La de la subida encubierta de los abonos, la del no partido de presentación en agosto, la de la no renovación de jugadores implicados como Quini, Rochina o Molina y la de la continuidad de Weismann o Famara; la de los fichajes de Wilson Manafa o Faitout Maouassa, la de la eliminación copera por alineación indebida, la del regalo de Samu Omorodion, la del clausulazo de Bryan Zaragoza, la de la carambola mercantil de Álvaro Carreras, la de los cinco porteros, la de la repesca de Arezo en la absurda creencia de que aportaría algo, la del 7-0 del Girona y el 5-1 en Villarreal, la de la vuelta a los andamios en las esquinas, la de la inoperancia ante el estado ruinoso de Los Cármenes, la de la bochornosa reanudación del partido frente al Athletic horas después del fallecimiento de un abonado en el graderío, la que no tuvo cabida un minuto de silencio en honor del historiador José Luis Entrala, las de las frases lapidarias del señor Alfredo García Amado, la de las colas en el partido frente al Barcelona, la del récord de derrotas (16) como visitante, la de una nueva debacle de Paco López en Primera división, la de la presentación en Europa del 'Cacique' Medina, la de la vuelta al ruedo de José Ramón Sandoval, la del record de jornadas en descenso (35)…

¡Ay! ¡A veces cuesta tanto ser positivo!