Intimidante apuesta de futuro

Rubio ha completado un 'máster' de solo nueve meses en Burgos, siendo cada vez más importante en la defensa de un proyecto llamado a sufrir mucho más de lo que lo acabó haciendo para salvar la categoría. Sus 29 partidos y tres goles hablan por sí solos de lo que puede ser este jugador con tiempo, confianza y regularidad en el campo.

Ya como juvenil del Getafe empezó a formar parte de los entrenamientos del filial y el primer equipo, con el que debutaría en Primera en 2018 bajo el manto de José Bordalás. El técnico valenciano no regala oportunidades, y mucho menos en las posiciones de defensa, tan cotizadas en su libreta. Cumplió y redondeó el año subiendo a Segunda B con el Getafe 'B' del que ya era capitán con 20 años. Encima, anotó el gol del ascenso.

Fue renovado como uno de los canteranos más ilusionantes del club madrileño pero entró en un bucle de cesiones. Primero al Fuenlabrada, donde vivió su etapa más amarga. No le dieron confianza y solo disputó un partido de Copa del Rey. En el mercado de invierno pidió salir y llegó al Valladolid, que se lo pidió prestado temporada y media al Getafe para su filial.

En el Pucela Promesas volvió a ejercer de jefe de zaga y llegó a ser de utilidad al primer equipo, jugando precisamente en Zorrilla ante el Granada. El siguiente paso fue el Burgos, donde ya se ha aclimatado al nivel de Segunda, siempre una guerra a campo abierto. Ha madurado a base de partidos hasta ser garantía de plata y ocasión de oro para el futuro del Granada.