Yangel Herrera, perdido sin la compañía de los otros dos 'tenores'
El centrocampista venezolano acusa la ausencia de Max Gonalons y Ángel Montoro, que se quedaron en el banquillo, y no supo asumir la gestión del juego del Granada
Antonio Sánchez
Granada
Domingo, 21 de marzo 2021, 23:13
Yangel Herrera tenía ayer en el partido ante el Valencia la obligación de dirigir el centro del campo. El medio rojiblanco, ante el equipo que ... le pretendió con fuerza durante el pasado verano, se exponía al partido sin el apoyo en la medular de Gonalons y Montoro, los otros dos 'tenores' que dan sentido a la medular nazarí. Como recambios tenía a su lado a Yan Eteki y por delante a Domingos Quina, algo que no sirvió a Herrera para sentirse cómodo y arropado.
Como acostumbra, actuó más caído a la banda derecha, siendo de los dos pivotes el que más se adelantaba. Sin embargo, estaba lejos del balcón del área, donde habitualmente está más cómodo. Ese espacio quedó para Quina. Por detrás, y ante una nueva actuación gris de Eteki, Herrera se veía en la necesidad de convertirse al mismo tiempo en la mejor versión de Gonalons y Montoro, algo que no ocurrió.
En los primeros minutos intentó que el balón pasara por su pies, volcando el juego hacia el costado de Kenedy. Robó incluso en la zona de tres cuartos del ataque del Valencia y sacó la pelota con profundidad. Pero fueron destellos. El Granada se dedicó a buscar a Kenedy para que su inspiración pudiera igualar el partido y el centro del campo pasó desapercibido durante toda la primera mitad. Herrera, no obstante, sostuvo al equipo en el encuentro al sacar dentro del área pequeña el segundo tanto del Valencia en el minuto 21 del envite. Solo al final del primer periodo intentó asumir de nuevo la gestión del equipo, pero se quedó en la voluntad.
En el segundo tiempo hubo claros y grises para el venezolano. En la jugada del segundo gol del Valencia, Guedes se le escapó hasta poder dar la asistencia que ampliaría la ventaja en el encuentro. Luego, con la incorporación en el campo de Gonalons y Montoro se sintió más cómodo, desempeñándose donde más le gusta, cerca del área y con libertad para entrar al remate. Eso le permitió disponer de alguna ocasión de peligro para marcar el primer tanto del Granada, pero no estuvo fino tampoco en el remate. No fue uno de sus mejores encuentros, en parte debido al cansancio arrastrado, pero dejó buenas sensaciones en los minutos finales del enfrentamiento que invitan a pensar que su cara más vistosa está esperando de nuevo a la competición europea, la que más le gusta.
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