La pelota
El doce ·
Es pronto para concluir sobre lo visto, pero lo cierto es que el primer punto se logró desde la continuidad de un buen sistema defensivo, y no desde la discusión del dominio de la posesiónEDUARDO ZURITA
GRANADA
Martes, 17 de agosto 2021, 18:36
Sabemos que la pelota en el fútbol es decisoria. De pequeños, quien aportaba el esférico se hacía acreedor a poder disputar el partido, más allá ... de las cualidades que atesorase, e incluso concluirlo, cuando abandonaba llevándose el balón.
Es complicado afrontar la herencia de éxitos de los tres últimos cursos del Granada bajo la égida de Diego Martínez. Moreno lo sabe y asumió no cuestionarse lo ya avanzado, que fue mucho, a nivel grupal. Las ausencias de algunas piezas claves de la última temporada, casos de Rui Silva, Yangel Herrera, Kenedy y Soldado, debían atenuarse aprovechando los automatismos conocidos por el resto del plantel mantenido e intentando asimilar un nuevo protagonismo con el dominio del balón como seña de identidad de la nueva era. Los ensayos de pretemporada, casi todos ante rivales de inferiores categorías, mostraron tales aspiraciones, pero carecieron de escuadras de nivel que discutiesen la posesión. No se sabía a ciencia cierta si el modelo era factible y estaba engrasado.
Dicen que la mejor manera de defenderse es tener el balón, pero la discusión puede atragantársele al Granada de Robert Moreno ante rivales con más calidad y bagaje en tal menester. Así fue ante el Villarreal, siendo los locales dueños y señores de la posesión. El Granada tuvo que tirar de bagaje defensivo para conseguir un punto, gracias además a la falta de precisión del ataque amarillo. Ni se tuvo el esférico, ni se fue ducho en su distribución o en el contraataque, con poca producción ofensiva: una ocasión en la primera parte gracias al incansable subir y bajar de Milla y una buena combinación con Suárez; y otra avanzada la segunda, ya con Montoro sobre el campo –el único, junto a Gonalons, capaz de realizar pases en largo–, con ese depredador del área que es Jorge Molina, a punto de batir a Rulli.
El dominio del balón sin más no asegura marcadores. Hemos contemplado partidos de las selecciones absoluta y olímpica españolas con porcentajes altísimos de posesión en los que no se ha podido vencer, y otros, como en la final de Tokio, en el que el rival se erigió en dominador. Los equipos deben contar con alternativas de juego para afrontar situaciones inesperadas. Es pronto para concluir sobre lo visto, pero lo cierto es que el primer punto se logró desde la continuidad de un buen sistema defensivo, y no desde la discusión del dominio de la pelota, abrumadoramente ganada por el Villarreal. Hasta la continuidad de Germán en el eje de la defensa evocó modelos de defensas compactas de temporadas anteriores. Si se recoge el trabajo pretérito para encajar poco –como los dos primeros cursos de Diego Martínez–, bienvenido sea.
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