La profecía de Diego Martínez que cierra el ciclo de un equipo irrepetible
La resaca ·
El entrenador pronosticó tras la eliminación copera contra el Athletic que el fútbol había contraído una deuda con este equipo ya histórico1. La noche en la que Yuri clavó su puñal en el corazón rojiblanco, el pasado 5 de marzo, a diez minutos de la conclusión ... de la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey, Diego Martínez interiorizó que el fútbol había contraído una deuda con el Granada. «Nos la va a devolver», aseguró aún en Los Cármenes, ya desierto tras la eliminación, en un improvisado cónclave con la cúpula del club. Fue esa noche cuando agarró el timón del equipo con aún más firmeza, como si se tratase de una cuestión personal; tarde o temprano aquella deuda se pagaría y él iba a estar ahí.
2. «El fútbol nos debía una y nos hemos reconciliado con el destino, que ha querido que este sea el día más feliz de la historia del club», expresó Diego Martínez tras la goleada el domingo al Athletic y la consecución, trasladándose sin mencionarlo de forma específica a aquella cruel eliminación copera, a un paso de la final. Contra el mismo rival, y en la última jornada de Liga, el fútbol quiso premiar al Granada con la primera clasificación para competición europea de su historia. Un broche justo que cumplía la profecía y cerraba el círculo.
3. La profecía de Diego Martínez tardó poco más de cuatro meses en cumplirse, pero no fue la única. Falló por un año –se dio un margen de tres–, pero también John Jiang verbalizó su sueño de un Granada europeo cuando asumió la propiedad del club en el verano de 2016. No contaba con el despropósito de su primera temporada, con una de las peores actuaciones del equipo al máximo nivel nacional en su historia.
4. Quizás tampoco con que le costase dos ejercicios recuperar la categoría. Se consiguió gracias a un bloque modesto pero unido liderado por un entrenador, Diego Martínez, que venía de un chasco similar en Osasuna, al que tampoco pudo devolver a Primera. Ahí empezó todo.
5. El propio Diego Martínez quiso mandar un mensaje a John Jiang en su última rueda de prensa del curso. «Tenemos que pensar qué rumbo va a tomar el club a partir de ahora y eso tendrá que ver con lo que su propietario quiera; hemos rozado la perfección», compartió el vigués, quien desea seguir al frente de la nave nazarí ahora que va a cruzar fronteras en el continente.
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6. La retención o no de pilares como Rui Silva, Domingos Duarte, Yangel Herrera o Carlos Fernández indicará hasta qué punto el proyecto entra en un nuevo ciclo o comienza uno nuevo. No se espera tanto una inyección del propietario como este deje seguir haciendo a quienes obran en la ciudad, aquellos con los que Diego Martínez comparte «la trinchera del día a día haga sol, viento o frío».
7. El primer artífice en despedirse del equipo fue Álvaro Vadillo, sin participación desde que se rompieron las negociaciones para su renovación tras el confinamiento –sólo fue convocado, sin minutos, contra el Villarreal–. «Orgulloso de haber pertenecido a un grupo tan humano y tan humilde», escribió el extremo gaditano, héroe del ascenso, en sus redes sociales. Fue uno más en la celebración sobre el césped de Los Cármenes, pendiente del resto de resultados desde su teléfono móvil. En parte, porque también le preocupaba el destino del Celta, con el que tiene un preacuerdo ligado a su permanencia.
8. Entre la euforia de la celebración, desatada con el gol del Levante que cantó la radio por megafonía, una frustración común a todos. La ausencia de hinchas. Es la nota más triste de una temporada histórica. Los jugadores dieron una vuelta de honor a Los Cármenes en honor a ellos, acercándose a las lentes de los gráficos presentes para acercarse al hogar de cada uno.
9. La afición del Granada entendió que la emergencia sanitaria no invita a otra cosa que a quedarse en casa y ahí se quedó, aunque muchos coches hicieron sonar sus cláxones por la Fuente de las Batallas.
10. Sí se concentraron a las afueras de Los Cármenes en torno a 300 aficionados que no pudieron contenerse más. Dieron el último agradecimiento a un grupo irrepetible.
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