De vuelta a Primera por la puerta grande
El Granada se destapa con cuatro goles y alegría ofensiva durante gran parte del partido de su regreso a la categoría
1. Dos años y casi cuatro meses más tarde, el Granada 'redebutó' en Primera división y lo hizo con traje de luces. Torero, el equipo ... de Diego Martínez pisó un césped del que nunca había volado un solo punto rojiblanco y se lo llevó a base de casta, fe, buen fútbol, tres remontadas y cuatro goles para compensar otros cuatro encajados. No hubo mal de altura en unos futbolistas siempre humildes que nunca se sienten inferiores.
2. Se sufrió el pragmatismo de Primera, algo que ya se intuía, y aun así quedaron fuerzas y sobre todo moral para devolver el resultado a las tablas. Fue una vuelta a la élite por la puerta grande, una carta de presentación idónea, y a su vez un aviso a navegantes, a los propios y a los ajenos. Así se las gastan en Primera y de esa guisa responde el Granada.
3. La exigencia sube un grado, si no un par, y Diego Martínez es consciente de que debe pulir todavía más cualquier margen de error, sabedor también de que muchos no podrá evitarlos. Nunca, hasta el sábado, había encajado el Granada tres goles en partido oficial con él al frente. Lamentaría hasta cuatro con eficacia plena para el Villarreal, 'impolutos' los guantes de Rui Silva hasta la recta final. Corneado, blandió el estoque: igualó el marcador y hasta pudo darle la vuelta si no le impiden unos milímetros de más en la posición de Adrián Ramos en su precioso remate en plancha a centro de Montoro, a un minuto del final. No pudo ganar, pero hay empates que dicen más todavía aunque no impliquen puntos. Nunca antes había empatado con ese resultado, más habitual en el Estadio de la Cerámica.
4. El Granada marcó cuatro goles y no lo hizo por accidente, porque bien pudieron ser incluso más. Agobió a Andrés Fernández al principio con intentonas de Vadillo y Puertas y siguió forzando las intervenciones del exrojiblanco hasta el final, sin que este pudiera evitar el empate final. Fue una puesta en escena de tronío, con fe de inicio en la línea de mediapuntas que obró el ascenso, advertida la falta de frescura de Darwin Machís por la Copa América ya en la rueda de prensa previa de Diego Martínez. Vico y Vadillo volvían a Primera varios años después, como Montoro, y Puertas cumplió su sueño con la camiseta que viene defendiendo desde Andaluza. Hubo música en sus primeros minutos.
5. Fluía el Granada en ataque con triangulaciones y cambios de juego, apoyados los extremos por los laterales, sin miedo. Entraba menos en juego Soldado, inmerso en sus propias guerras. En el centro del campo, Montoro y Eteki se crecían marcando el compás. Vadillo, cómodo en la izquierda, alternaba la conducción al interior con el disparo a puerta y la búsqueda del centro con 'trivela', a tres dedos a lo Quaresma. Se dominaba el juego corrido y se tuvo también el control de la estrategia, incapaz de contrarrestarla el Villarreal. De ahí brotaron el primer gol, el tercero y el cuarto, con la excepción del tanto a medio camino entre Machís y Rubén Peña tras un perfecto envío de Víctor Díaz.
6. En la segunda parte y por necesidades del guion hubo que cambiar el piano por una guitarra eléctrica, aunque a Darwin Machís lo que más le gusta es el reggaetón. El 'avioncito' se acostó en la banda izquierda que ha hecho suya con una indicación clara: «Encara». Fue lo que intentó, aunque todavía sin la autoestima que terminó adquiriendo con el Cádiz, donde era protagonista. Acaba de llegar a la empresa y respeta su jerarquía. En zona mixta, de hecho, felicitó a sus compañeros como si todavía no terminara de creerse uno de ellos. La adaptación del venezolano no ha terminado, por más evidente que resulte lo que ya aporta al equipo.
7. Roberto Soldado, que acabó siendo fundamental, había pasado casi desapercibido en los primeros 45 minutos. Fue en el descuento añadido antes del descanso cuando porfió entre Albiol y Pau Torres para provocar el penalti que Fede Vico transformaría. No necesita hacer ruido, tampoco entrar en contacto con el balón de forma regular. Es un 'nueve', el número que lleva tatuado en la nuca, y el único futbolista de la actual competición que ha marcado con seis equipos diferentes. Conoce a la perfección su oficio y lo que puede aportar. En la Cerámica ganó un penalti, arrastró defensas en el empate a dos, marcó el tercero de la esperanza, sin celebrarlo como advirtió, y regaló a Puertas el que firmó las tablas definitivas. Un rendimiento inmediato que va más allá de sus propias cifras.
8. En Villarreal, y ante la urgencia del resultado cuando peor pintaba, Diego Martínez optó por acompañar a Soldado con Adrián Ramos, una dupla hasta ahora inédita en los partidos de verano. Antes, y con el 2-2, el gallego ya tenía preparado a Ramón Azeez, previsiblemente por Fede Vico. El tercero de los locales conllevó la salida final de Eteki para mantener la ofensiva, luego reforzada con el delantero cafetero. Ramos prestó a Soldado un servicio invisible en el desgaste con los centrales, raudo para acudir a todas las disputas aéreas a las que el valenciano ya no llegaba, demasiado cargado como para volar. Agradeció la cobertura y apareció cuando debía. El colombiano casi coloca la guinda.
9. Los rojiblancos probaron a Andrés Fernández, con casi una decena de disparos entre los tres palos. No fue un equipo especialmente goleador en Segunda y repartió esta tarea más que ningún otro. Ahora, en Primera, sabe que necesitará especialistas. Puertas no ha tardado en demostrar que quiere mantener su idilio. Tampoco ha habido que esperar a Soldado. Machís, que celebró catorce dianas hace dos años como rojiblanco, ya las empuja o al menos fuerza que lo hagan otros por él.
10. El Granada se despidió de Segunda hace dos años y casi cuatro meses con una racha negativa de trece encuentros sin ganar y otra todavía peor de ocho derrotas consecutivas. Poco queda de entonces, más que Jiang, Ramos y Rui Silva. Primera jornada y primer punto tras un duelo espectacular. Lo de sudar sangre no era una broma.
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