Una cuestión de honor

Esta tarde el conjunto granadino visita Anoeta con la presión del triunfo como una obligación para intentar alcanzar la meta. Es cierto que matemáticamente la carambola del séptimo puesto es posible y una de las demasiadas premisas que tiene es la de ganar a una Real Sociedad que se juega mucho en el envite, pero es tan complicada esa jugada que resulta obvio que el equipo rojiblanco piensa más ya en las vacaciones que en sucesos que tienen mucho de sueños y menos de realidad.

Sin embargo, antes de cerrar la maleta y coger el bronceador al Granada le queda el partido de esta tarde y la atractiva visita del Real Madrid a Los Cármenes para demostrar que puede dar más de sí en lo futbolístico, si como parece finalmente no se logra el billete europeo. El curso es de sobresaliente: una permanencia tranquila en la Liga y el ilusionante paso hasta semifinales en la Copa del Rey. Ahora, quedan dos partidos decisivos con bonus para ver de lo que es capaz este equipo con la presión añadida de la urgencia de los puntos. Con esa meta se planta hoy el conjunto granadino en Anoeta. Demasiadas cosas, ¿no? También a la plantilla le parece un golpe de muchísima suerte. Por eso ganar esta tarde es ante todo y sobre todo una cuestión de honor.