El Granada se descompone y sale del ascenso directo
El equipo regala otra oportunidad de alcanzar el liderato frente al Racing con una mala actuación, que arrancó con tres atrás y terminó con munición de fogueo
El Granada volvió a descomponerse lejos de casa y salió del ascenso directo por la victoria del Alavés. Llueve sobre mojado con los rojiblancos e ... instalan una tremenda inquietud en su futuro pese a su fiabilidad en Los Cármenes. El equipo regaló otra oportunidad de alcanzar el liderato frente a un Racing que pelea por escapar de la quema de abajo y que aspiró oxígeno gracias a los de Paco López. El entrenador quiso mejorar la solidez atrás con tres centrales, pero tras el descanso el blindaje cedió y se vio forzado a acumular munición, toda de fogueo. Habrá quien cuestione la fórmula defensiva inicial, pero lo peor fue la impresionante vulgaridad del conjunto con el balón en los pies, incapaz de hilvanar una jugada con criterio, más allá de balones laterales a ninguna parte. Si en vez de Ezkieta, que llevaba siglos sin jugar, los cántabros hubieran puesto un maniquí bajo palos, poco se habría notado.
El trauma como forastero siempre ha ido en la maleta de los nazaríes y no hay humillación que la corrija. De inicio, estuvieron más atentos que en la dos anteriores salidas en las disputas, más por acumulación de futbolistas de perfil protector que por orden real, pero en cuanto la resistencia se vino abajo, saltaron los engranajes y se contemplaron las dificultades del Granada para remar contra corriente frente a un público que no es el suyo.
Racing
Ezkieta; Dani Fernández, Germán Sánchez, Pol Moreno, Saúl; Aldasoro (Tienza, m. 90), Juergen, Medina (Mantilla, m. 77), Íñigo Vicente (Satrustegui, m. 90); Peque (Sangalli, m. 73); y Baturina (Matheus, m. 73).
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Granada
Raúl Fernández; Quini, Miguel Rubio, Víctor Díaz (Meseguer, m. 54), Ignasi Miquel (Famara Diédhiou, m. 79), Carlos Neva; Bodiger (Melendo, m. 54), Petrovic (Perea, m. 65); Callejón (Bryan Zaragoza, m. 54), Puertas y Uzuni.
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GOL: 1-0, m. 52: Baturina.
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ÁRBITRO: González Esteban (comité vasco). Amonestó a los locales Peque (m. 67) y Sangalli (m. 88); y a los visitantes Uzuni (m. 32), Miguel Rubio (m. 34) y Meseguer (m. 78; acarrea suspensión).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 37 de LaLiga SmartBank, disputado en los Campos de Sport del Sardinero, ante 13.476 espectadores.
Paco López reservó a Melendo para ese tramo final, tras arrastrar molestias, pero el centrocampista catalán también quedó consumido por la deriva del encuentro. La fórmula creativa que se suponía que tenía que llegar con él, Meseguer, Bryan Zaragoza o Perea, que ingresaron pronto tras el 1-0, apenas sirvió para algo más que para sufrir contragolpes peligrosísimos.
El técnico valenciano quiso solucionar los problemas defensivos con Víctor Díaz incrustado entre Rubio y Miquel, cuya irregularidad es manifiesta, pero la consecuencia fue que en ocasiones se entorpecieron. Parecía que la idea de Paco López era contener el aluvión inicial del Racing y, sobre el muro atrás, edificar vías de saneamientos en las que corrieran los atacantes. Sin embargo, ni Puertas ni Callejón llegaron a abastecer a Uzuni, una sombra del animal competitivo que es en el estadio rojiblanco. Todo acabó en las orillas, donde Quini y sobre todo Neva malograban sus envíos. Por dentro, a Bodiger y Petrovic les faltaba fluidez, que no ímpetu.
Las secuencias eran extrañas, con pérdidas tontas que se sucedían de recuperaciones, para luego precipitar de nuevo el desplazamiento de la pelota. Arrancó el Granada duro, intenso, pero tímido con el balón. Nunca acabó de asentarse en los Campos de Esport del Sardinero y los tres puntos se quedaron en la caseta local.
Resultaba desconcertante que las intentonas ofensivas vinieran de tiros lejanos de Víctor Díaz. El Racing, tras un comienzo impetuoso y un paso atrás posterior, afianzó su dominio en el tercio final del primer acto y prosiguió con mano dura tras el reposo. Ya antes de la pausa, Bodiger tuvo que actuar en un desajuste en el que Íñigo Vicente no orientó bien su tiro y su paisano evitó males mayores.
Mantuvo Paco López la misma alineación y sistema. El Racing descargó por la zona en la que Quini contaba con poco ayuda. Peque, revoltoso en la mediapunta, encontró a Íñigo Vicente y Neva rompió el fuera de juego. El esférico cogió un efecto hacia fuera para fortuna de Raúl. A la siguiente, a la cazuela. Vicente halló a Baturina y el croata bailó con Ignasi Miquel y picó en su movimiento de cadera. Giro y para dentro. El planteamiento conservador del Granada, a la basura.
Pasaron al escenario Meseguer, Melendo y Bryan por Víctor Díaz, Bodiger y Callejón. En teoría, una visión distinta, con un 4-3-3 para buscar la remontada. El resultado, el mismo que antes. Si cabe, peor, porque las costuras asomaron y la brillantez jamás apareció.
Bryan Zaragoza, como suele, intentó desde lo individual salvar al resto, pero aunque provocó faltas, los trucos no le funcionaron esta vez. Probó el Granada con una acción de laboratorio en un bote lateral, pero Quini se encontró una ensalada de piernas.
La versión rojiblanca ya era destartalada, con una defensa de mantequilla y una desesperación creciente. Rubio se colocó de ariete en la prolongación y hasta Raúl asomó por el área en un córner, como si fuera una final.
No lo era y por ahí se salva el Granada. Sigue dependiendo de sí mismo para subir, en parte porque en esta recta definitiva las pájaras afectan a todos los aspirantes, pero esto no quita que su afición se preocupe de que lo que amasa en su feudo lo derrame fuera.
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