Los últimos samuráis

Vivimos tiempos de pan y circo. Por necesidad. No por el interés de los gobernantes, como ha sido desde la Antigua Roma. Cultura como antídoto del desánimo. Libros, música, cine y fútbol por supuesto, aunque este fenómeno de masas haya sufrido siempre la indiferencia de la intelectualidad.

Por ello congratula que el equipo de tu ciudad ayude a pasar con menos padecimiento el Vía Crucis provocado por este maldito virus. El Granada está ejerciendo de psicólogo de cabecera para su afición y el resto de granadinos que, aunque de lejos, son conscientes de lo que está consiguiendo este grupo de futbolistas.

La responsabilidad. ¿Dónde anida la responsabilidad? No dirijan su mirada hacia los políticos. Sería una mirada perdida como la de Gonalons cuando fue consciente de su entrada a Rochina. Diríjanla hacia este Granada que jugó contra el Levante ochenta minutos en inferioridad y evitó la derrota.

Si el partido de Getafe fue un duelo en el lejano Oeste, el del domingo frente al Levante fue una lucha sin cuartel de guerreros legendarios que se dejan todo en el campo de batalla.

En mi humilde filmoteca descansa la película de Edward Zwick, 'El último samurái', protagonizada por Tom Cruise y el japonés Ken Watanabe que interpreta a Katsumoto, líder de los venerados samuráis que dedicaron sus vidas a preservar el espíritu de la milenaria cultura japonesa.

Cuando finalizó el partido del Granada frente al Levante, introduje el DVD en el compact disc, volví a ver la película y encontré muchas similitudes con el partido que acababa de ver.