Mensaje de ilusión
Mi grada ·
No fue un partido para la historia, pero el Granada fermentó la imagen de un conjunto con recursos; se adivinó la silueta de un equipo preparado para competir sin complejosJUSTO RUIZ
GRANADA
Sábado, 19 de septiembre 2020, 00:33
Los sueños como espejo de la ilusión por conseguir un objetivo tienen dos fases. La primera se relaciona con la quimera, una fantasía que se ... antoja poco menos que imposible, y la segunda está emparentada por el acercamiento progresivo a la realidad cuando esta empieza a ganar terreno a lo onírico. La victoria holgada del Granada CF en el estadio albanés de Niko Dovana envió un mensaje muy reconocible para este equipo, una señal de luz que se emite desde un estado de madurez, desde la segura percepción de que la realidad llama a la puerta de los sueños. No fue un partido para la historia, pero en Durrës, frente a un rival que también luchaba por el mismo objetivo que los granadinos, fermentó la imagen de un conjunto con recursos y, al mismo tiempo, en plena efervescencia colectiva de cómo utilizarlos para dinamitar a sus adversarios.
La clasificación para la fase de grupos de la Europa League está a dos pasos de distancia, una proximidad que acelera sin prisas el corazón de un Granada que, precisamente por esas limitaciones asumidas, juega con una baza a su favor: la eliminación no le supondría un drama porque está dentro de su guion, lo que activa un mecanismo ideal en una competición sujeta al exceso de presiones. Todo lo que le llega es un premio y acepta con un cierto descaro las propuestas del destino.
La atmósfera se cargó de electricidad en tierras albanesas. No se vio un Granada deslumbrante ni capaz de enamorar y, sin embargo, se adivinó en sus formas la silueta de un equipo física y mentalmente preparado para competir sin complejos.
Kenedy fue un corredor de fondo horizontal; Yangel Herrera parecía que no estaba y siempre estaba y Gonalons emergía de la invisibilidad para cegar el juego del enemigo; la defensa, con Germán de cortador de patrones gruesos, que es la función que mejor realiza, conservó virgen la portería; y Montoro ganó credibilidad tras el escudo que es ahora este Granada comprometido para defender sus ilusiones y atacarlas cuando llegue la hora. El pase a la fase de grupos está más cerca siempre y cuando no se pierda la perspectiva de esta realidad que llama a las puertas de un equipo que progresa hacia la gloria desde su humilde y legítima ambición, desde el espectáculo del sacrificio.
El amplio triunfo ante el Teuta reflejó el abismo que separa a los dos equipos, a un Granada que dio una buena respuesta en el debut liguero ante el Athletic y con el carácter encendido por un fútbol, por momentos, de alta escuela. Europa es diferente y el conjunto granadino tuvo, también, una respuesta distinta y agradable, una huella reconocible de calidad que le dio el pasaporte para que siga viajando en las alas de la ilusión.
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