Machís celebró con victoria sus cincuenta partidos en Primera
Jugó 27 partidos con el Leganés y 23 con el Granada, el equipo que le hizo debutar y en el que intenta recuperar el protagonismo perdido
ANTONIO NAVARRO
GRANADA
Sábado, 14 de diciembre 2019, 01:53
Mucho le ha cambiado la vida a Darwin Machís desde que debutó en Primera un 20 de agosto del año 2012. En aquella ocasión saltó ... al terreno de juego del estadio de Vallecas, con cero a cero en el marcador, para sustituir a Youssef El Arabi. Intervino poco y encima tuvo que lamentar que su equipo encajase el gol de la derrota (1-0). Una muestra de lo mucho que iba a tener que esforzarse aquel joven venezolano de tan solo 19 años por hacerse un sitio en la élite. Ante el Alavés cumplió 50 partidos en Primera y lo hizo con victoria.
Aquella primera temporada en España fue difícil para el jugador por las exigencias del proyecto que comandaba Juan Antonio Albacete Anquela. Solo participó en tres partidos más, aparte de su debut, antes de salir cedido al Vitoria de Guimaraes portugués. En aquel momento quizá no lo sabía, pero el Granada y Anquela iban a cambiar su vida. Machís necesitó su particular camino de adaptación antes de regresar en la temporada 2014/15. Su habilidad, su rapidez y su regate llamaron la atención del técnico granadinista Joaquín Caparrós, que al igual que Anquela confió en él en las primeras jornadas de Liga pero recurrió a otros jugadores más veteranos cuando la situación se puso fea. Terminó sumando otros tres partidos más en Primera, dos de ellos como titular, pero acabó el curso en el filial.
Fue en el verano siguiente, el previo a la temporada 2015/16, donde verdaderamente empezaría a ser respetado en el fútbol español. Machís volvió a coincidir con Anquela en el Huesca, en Segunda, y en el equipo oscense sí que pudo ofrecer su mejor versión. Regresó a Granada tras 38 partidos en Segunda en los que anotó nueve goles, pero no había sitio para él en el ambicioso proyecto liderado por Paco Jémez. Fue cedido al Leganés y con el conjunto pepinero volvió a sentirse importante en Primera. Allí acabó jugando 27 partidos y haciendo un gol, quizá el más doloroso de su carrera: el que dejó con pie y medio en Segunda al equipo de sus amores.
Las puertas de la Primera no se le cerraron del todo tras una temporada en la que alternó momentos de brillantez con actuaciones más discretas. Regresó al Granada en Segunda con la intención de ayudarlo a recuperar su sitio en la élite. No lo consiguió pese a ser la estrella del equipo y tampoco al curso siguiente en el Cádiz en dos temporadas en las que demostró que la categoría de plata se le quedaba pequeña. Ahora, en su última vuelta, puede presumir de haber participado en todos los partidos del Granada. Pelea, eso sí, por recuperar la titularidad perdida como el jugador desequilibrante que se espera en él.
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