Jesús Vallejo complicó el pase con un tanto en propia puerta
El defensa maño sufrió como lateral derecho y completó un partido muy irregular con un gol en su portería en una jugada sin peligro. En la segunda mitad del duelo inició la triangulación que permitió al Granada empatar
Antonio Sánchez
Granada
Viernes, 19 de marzo 2021, 00:59
Jesús Vallejo regresó ayer a la titularidad como rojiblanco, después de varias semanas alejado del 'once' nazarí por sus problemas físicos. El equipo solo contaba ... con un lateral disponible –Víctor Díaz, que actuó en el lado zurdo–, por lo que le tocó al maño salir del centro de la defensa para desempeñarse en este puesto en el que ya había actuado alguna vez en la presente temporada. Su partido fue muy irregular y complicó el pase de los rojiblancos a la siguiente fase, con un tanto en propia puerta perfectamente evitable.
Los primeros minutos del encuentro daban a entender que el partido debía ser plácido para Vallejo. El Molde intensificó los ataques por el costado de Víctor Díaz, sabedor de que el sevillano estaba jugando a pierna cambiada. Por la derecha, Vallejo mantuvo el tipo en las pocas ocasiones que trataron de generar por ahí los noruegos. Además, Diego Martínez determinó que el defensa fuera el encargado de cerrar la zaga en las jugadas a balón parado del Granada, lo que le obligó a estar muy atento ante posibles contragolpes del Molde.
El partido, hasta la mitad de la primera mitad, fue muy tranquilo para Jesús Vallejo, que resolvió bien las acciones en las que tuvo que intervenir. Sin embargo, el error que cometió al marcar en propia puerta fue gravísimo. El centro que le llegaba desde la banda izquierda no revestía ningún peligro para la defensa nazarí y podría haberlo despejado sin complicación de forma frontal. Sin embargo, para acomodarse el toque en su pierna buena decidió intentar despejar la pelota a córner con un desafortunado desenlace en el que Rui Silva no pudo hacer nada.
El resto del encuentro de zaragozano estuvo marcado por esta acción determinante. Antes de la primera mitad comenzó a tener más protagonismo en ataque, pero sin adquirir la profundidad de Foulquier, algo que Kenedy echó de menos para tener un socio con el que romper a la defensa noruega.
En el segundo tiempo logró resarcirse, en parte, del desaguisado que montó con su tanto en propia portería. En su condición de cierre en los ataques a balón parado recogió la pelota tras un córner y abrió a la banda derecha para que Yangel Herrera centrara a Roberto Soldado el tanto del empate del Granada. Fue un alivio para los nazaríes y para Jesús Vallejo, que logró así que su error de la primera parte fuera menos importante en el cómputo global del partido.
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